El monstruo paramilitar

Tal como están las cosas, es obligante la referencia a la degradación de la convivencia que hoy caracteriza a Venezuela. Pocas veces en tiempos de paz, es decir, mientras no se declaran las hostilidades que conducen a una guerra civil, se ha descompuesto la cohabitación a través de la cual se crea una sensibilidad capaz de orientar propósitos de entendimiento entre los personas. Debido a la multiplicación de las evidencias relativas a un menoscabo llevado hasta proporciones inéditas en la historia contemporánea, se hace difícil su tratamiento cabal. Sobran las muestras del encanallamiento de una vida que antes fue relativamente llevadera. Lo que era periférico se ha vuelto céntrico, hasta el extremo de dispersar hacia los ambientes más sosegados un caudal de aguas putrefactas. De allí la necesidad de detenerse ahora en el más protuberante de sus ingredientes: la existencia de fuerzas paramilitares, cuya acción es susceptible de provocar un deslinde sangriento que hasta ahora apenas ha permanecido en la vacilación de los bocetos, si no se considera la acción del hampa.Venezuela no ha experimentado acuerdos estables en los quin ce años últimos. La colectividad se fue ubicando en el seno de dos versiones contrapuestas de la realidad, en la medida en que la revolución divulgaba su discurso y pretendía convertirlo en hecho concreto. Los actos del chavismo, pero también los de sus rivales, multiplicaron las diferencias hasta el punto de hacerlas enconadas. De un movimiento de vientos que pasa de tres lustros se pueden suponer tempestades, mas no necesariamente fenómenos de los cuales se espere un desenlace cruento hasta sus últimas consecuencias. Partiendo de las palabras airadas de Chávez y de su sucesor, pero también de las respuestas no pocas veces desatinadas de la oposición, nadie en sano juicio podía apostar por una navegación apacible. Nadie tampoco podía calcular cómo la forma de comportarse una de las partes del desencuentro podía desembocar en una aberración como la del paramilitarismo. Labranza de Chávez y cosecha de Maduro, se fue formando en las narices de la oposición hasta constituir una fuerza que exhibe la fachada y el interior de una torva patología de cuya actuación depende, aunque parezca exagerado, la suerte de la...

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