Montaje

Se podría caer en la ten tación de asociar Silva a las desventuras en la zona sórdida Caracas: La Cáma ra Escrita, 2011, de Harry Almela, con una posible escritura paródica de Silva a la agricultura de la zona tórrida, de Andrés Bello. La sustitución del sustantivo: agricultura por desventuras cambia la idea del cultivo de la tierra por la idea de aflicción y tristeza, y la del adjetivo: tórrida por sórdida la de la cualidad ardiente del trópico por la de impureza y suciedad; y la sustitución, aparentemente leve, pero significativa, de las preposiciones: de por en, que cambia la idea de pertenencia por la de lugar; remitirían a la posibilidad de una poética de carácter ridículo o cómico o grotesco como resultado de la operación paródica de lo serio. Pero el epígrafe de Osip Mandelstan: Vivimos sin sentir el país a nuestros pies,/ nuestras palabras no se escuchan a diez pasos y la dedicatoria múltiple con las respectivas razones irónicas, ideológicas y descontructivas a Hegel, Martín Heidegger, la joven Hannah Arendt, Nietzsche, Gadamer, Carlitos Marx, Baudelaire y Platón; y el sentido de homenaje y reconocimiento artísticos y poéticos respectivos a Francisco de Goya y Lucientes y Diego Velázquez, Rubén Darío y Andrés Bello, abren la potencia de la política de la ironía contenida en el título, el epígrafe y la dedicatoria, en su función paratextual de artefactos de recepción y de realidad material e ideal y simbólica. Las dos primeras partes del libro: Mientras florece el semeruco y Postales, con su irónico carácter transideológico, como procedimiento de subversión de las diversas formas...

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