Mr. Shannon no es Mr. Danger

Tom Shannon en Caracas parece hacer el papel del abuelo gringo, al que solo le falta el gorro de Santa Claus, para abrazar a Nicolás, el muchachote gordo y bobo que no entiende a cabalidad sus tareas.Sin embargo, ni el primero es un visitante desprevenido, ni Maduro es bobo, aunque su ignorancia monumental opaque su talento para la ruindad.Shannon está al tanto de to do. Sabe quiénes son los actores, cómo se mueven y qué piensan. Pierden el tiempo quienes en Washington o en Caracas intentan mostrarle detalles sobre las andanzas de la tiranía. A veces es él quien informa a sus interlocutores venezolanos sobre pormenores que desconocen. Además, no cabe suponerle simpatías por un régimen cuyas perversidades sabe. Entonces, ¿por qué Mr. Shannon representa un camino tan equivocado para la restitución de la democracia venezolana? Mi hipótesis es que la políti ca de Estados Unidos hacia el régimen chavista busca convencer a los próceres criollos mediante el ejercicio del poder moral, pero sin ejercer el poder político que no son los marines, por cierto; poder político que asoman desde lejos sin continuidad y consistencia, como con las sanciones espasmódicas. En las reuniones con Maduro, Shannon seguramente le muestra con cordialidad el camino promisor que se le abriría al lado de su familia y cofrades, si de buen grado cambia, libera presos políticos y adopta nuevas estrategias; mientras Maduro tan impertérrito como el coronel...

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