La MUD en marcha

Cada vez que los venezolanos decentes (opositores, independientes o chavistas sensatos) se levantan y, luego del café matutino, revisan los periódicos se encuentran con algo que nadie imaginaba tres años atrás. La oposición cada día da mayores pasos hacia la consolidación de un frente electoral que cierra a cal y canto, minuto a minuto, cualquier posible grieta que pueda poner en peligro el objetivo general que se han trazado los sectores democráticos para derrotar al oficialismo.

La desconfianza de los venezolanos hacia los políticos y su permanente tendencia a dividir y no sumar en función de sus intereses personales o de partido, siempre generó un clima de pesimismo frente a los proyectos de unidad que se intentaron en el pasado y que naufragaron cuando un partido o su dirigente principal se sintió (o fingió) ser traicionado y abandonó la coalición pensando en sí mismo.

De manera que cuando nació la Mesa de la Unidad Democrática, los ciudadanos la vieron como un experimento más de los tantos que se habían intentado en Venezuela, casi siempre con efectos catastróficos. La MUD no vino al mundo en el mejor de los escenarios posibles por el creciente escepticismo partidista que en esos momentos estaba encapsulado en la mente de los venezolanos.

Y es cierto, a los ciudadanos de este país no les atraía afiliarse a un partido, ser considerado simpatizante de una corriente política o acudir a mitin a escuchar a un orador en especial. Incluso se puso de moda finalizar las masivas marchas civiles en Caracas sin que nadie tomara la palabra al final. Sonaba raro, pero era un sentimiento colectivo que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR