Mujer y violencia

La opinión pública se vio conmovida por una información enviada desde Ciudad Guayana por nuestra corresponsal Clavel Rangel. En el texto se describía como un hombre asesinó a su mujer y luego la escondió en un congelador. Allí la encontraron los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas. Lo más terrible es que existían antecedentes de maltratos por parte del presunto asesino, y que éste había sido denunciado ante las autoridades. No vamos a mencionar el nombre de la víctima, pero sí podemos decir que el abusador se llama Carlos Javier Medina, de 36 años de edad y que, seguramente, recibirá en la cárcel el castigo que los presos acostumbran darles a estos falsos hombrecitos que se creen muy machos pegándoles a sus mujeres. Por lo general terminan siendo, en esos antros en que se han convertidos las cárceles en esta era chavista, en mujeres de los otros presos, en señoras que lavan, sirven comida y barren el piso, en seres que ocupan el último lugar en la escala social de los privados de libertad, es decir, en aquello que estos hombrecitos le reclamaban airada y violentamente a sus compañeras en el hogar porque, si no lo hacían, les pegaban palizas tras palizas. Pero esto no puede ser el comportamiento ni el castigo que exige la sociedad civil a la violencia en el hogar. Los venezolanos deben tomar conciencia de que este problema doloroso y profundo debe ser exterminado con grandes campañas de concientización de las mujeres para que ni uno solo de lo actos de violencia, ya sea verbal o de amenazas, pase por debajo de...

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