Hay mujeres de negro en la FAN pero no pueden hablar

Sonia Camacho es hija del compositor merideño Juan Camacho, cuyo nombre artístico es Johnny Quiroz, autor de la canción Limón, limonero, popularizada por Henry Stephen en sus mejores tiempos, y de otras piezas como Cacharrito, Mal querido y Andino. Emigró a Mérida después de desarrollar en su ciudad natal, Caracas, toda una vida que le dio dos hijos, y una carrera como administradora graduada en la Universidad Central de Venezuela. Hoy tiene 65 años de edad. Esta mujer de negro, que junto con su gran amiga Venezuela Fernández concretó su plan de hace dos o tres meses de declararse en una huelga de hambre indefinida en exigencia de amnistía para los presos políticos del país, asegura que está dispuesta a dejar la vida en la acción, y es enfática al aclarar tres aspectos para ella fundamentales: no pertenece a ningún partido político, no la mueven nexos familiares sino amistosos con los presos y no está sola en la lucha porque hasta mujeres pertenecientes a la Fuerza Armada Nacional son parte de la agrupación y la apoyan. ¿Cómo surge la ONG Mujeres de Negro? ÂLa formamos un grupo de amigas, la mayoría de la tercera edad, que salíamos a protestar hace como 9 años en Mérida. En 2009, a partir de la sentencia a 30 años de prisión que les dieron a los comisarios y agentes de la Policía Metropolitana por los sucesos del 11 de abril, nos propusimos hacer algo porque no nos podíamos convertir en cómplices de lo que ocurría. ¿Por qué Mujeres de Negro? ÂEstamos de luto activo por toda Venezuela. Cuánta gente está muriendo, cuánta está desaparecida por el régimen; hay torturados, vejaciones y violaciones de la Constitución. Un día decidimos tomar la plaza Bolívar de Mérida, cerca de la gobernación y del lugar de concentración de los chavistas. Cada una, vestida de negro, nos ubicamos en distintos puntos de la plaza, con abanicos y bandanas con el mapa de Venezuela. Cuando llegaron los medios abrimos los abanicos y los sorprendimos a todos. Desde ese momento los periodistas nos llamaron damas de negro y en una rueda de prensa posterior les dije: Les agradezco mucho lo de damas, pero una dama nunca pierde el glamour y las mujeres sí tenemos que perderlo, porque, si no, perdemos la patria. Así quedamos como Mujeres de Negro y registramos la asociación. ¿Cuántas mujeres integran la ONG? ÂEn Mérida éramos 160, se retiraron algunas, pero comenzamos a abrir capítulos. Ana de Gebauer, la esposa del capitán disidente Otto Gebauer, es parte de nosotras; la...

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