Aversión cumpleañera

A medida que la fecha se acerca, hay quien suda frío. Luis Madrid, psiquiatra especialista en trastornos del ánimo y el humor, explica que muchos se hacen los locos y no quieren que nadie se entere de qué día nacieron precisamente para que no les hagan ni les digan nada. "Están los que se niegan a que les canten cumpleaños y les fastidia el ritual de la torta, las llamadas, los mensajes y las invitaciones a comer o a salir. También están los que agarran vacaciones o piden el día libre en el trabajo para que nadie los felicite y apagan todo el día el celular para que nadie los encuentre, como si la tierra se los hubiera tragado". A su juicio, una persona que está sufriendo probablemente se está equivocando en algo. "Lo primero sería evaluar si le endosó un elemento negativo a su cumpleaños: una opinión muy pobre de sí mismo, un trauma, un duelo". Tenerle fobia al cumpleaños puede tener varios orígenes. "En principio, podríamos estar hablando de cierta neurosis del éxito: vivimos en una sociedad en la que la juventud, la belleza y el éxito son muy valorados porque se asocian a la potencialidad y al logro. Si todo eso se combina con la idea de que mientras más años cumplimos más cerca estamos de la muerte y de que uno tiende a cuestionarse qué logró este año en comparación con el anterior, eso p u e d e producir en algunos casos mucha ansiedad".

El trasfondo no es tan exótico. "Los seres humanos somos la única especie que lleva la noción del tiempo y que está consciente de que va a morir. Aún así, tratamos de configurar el paso de cada año como una celebración de la vida para ayudarnos a lidiar con eso", dice Madrid. Una depresión aniversariabien por cumpleaños o por otras fechas significativas durante el año, como la Navidad o el Día de los enamorados pueden potenciarse con rasgos personales. El experto indica que esa tendencia se ve más en individuos propensos a deprimirse y en los que tienen baja autoestima, así como en aquellos que son excesivamente racionales u obsesivos y les cuesta conectarse con los afectos y el placer por modelos rígidos aprendidos, por ejemplo. "Más allá de la timidez, también podría tratarse de una persona con ciertos rasgos de alexitimia, una dificultad para verbalizar los afectos: cuando los otros se ponen en plan de demostrarle cariño, la persona no sabe cómo corresponder o recibir esos gestos y se siente torpe e incómoda. Puede haber también anhedonia, que es la dificultad o incapacidad para experimentar placer...

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