La ópera nacional necesita un revolcón de nuevas estéticas

En las artes, Orlando Arocha prefiere los discursos alternativos, las propuestas de ruptura. Diálogos que más que risa despierten reflexión.El creador no sólo dirige la compañía Teatro del Contrajuego -fundada hace más de 25 añossino que también estuvo al frente durante una década del Ciclo de Ópera Breve que se realizaba en el Ateneo de Caracas. Recientemente presentó la ópera venezolana La mujer de espaldas de Fede rico Ruiz, basada en un cuento de José Balza, en la sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño. El montaje representó su reencuentro con un espacio del que estuvo alejado varios años.--¿Cuál es la situación de la ópera en el país? --La ópera nacional necesita un revolcón de nuevas estéticas. En otras partes del mundo hace años que se dejaron de ciertas cosas y aquí todavía seguimos con estereotipos. Y no sólo necesita renovarse en cuanto a puesta en escena, sino también en repertorio. En otros lugares la ópera se ha casado más con el teatro; los directores de escena son gente que proviene del teatro, que ha vivido la renovación. Pero en Venezuela hay pocos directores de ópera. Y los que exis ten no tienen una formación ni en la ópera ni en el teatro.Es una cosa a veces extraña.--¿A qué cree que se debe? ¿Cómo se justifica la escasez de montajes? --Obedece a que el Gobierno piensa que la ópera es algo burgués, aristocrático, eurocéntrico. Esa es una visión muy estrecha. El arte es para todo público. Creo que vivimos en un país donde se puede andar por muchos caminos y no ser estrictos. Cuando en otras partes se abren los campos de las artes y se crean formas mestizas, aquí nosotros decimos que no. Es una visión tonta. Me pregunto: ¿por qué no darle al pueblo la oportunidad de oír un Mozart? Es maravilloso y nadie lo puede negar. Si tienes un teatro para eso, ¿por qué no utilizarlo?

--Allí debería actuar también el gremio de cantantes líricos. ¿Qué sucede con ellos? --Es un gremio sumamente difícil. Ellos tienen que entender que deben imponerse más. En el país hay muchísimo talento y se podrían hacer grandes cosas. No hay voluntad de hacerlas porque no hay inteligencia para ponerse de acuerdo.--¿Y cuál es la respuesta del público? --La experiencia con La mu jer de espaldas es que el públi co llenó la sala todos los días que se montó. Quiere decir que hay un interés. Y de todos modos tú despiertas el interés de la gente. El pueblo a lo mejor no sabe quién es Mozart, pero tú se lo llevas. Hay mecanismos, lo que no hay es un Estado o...

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