La línea blanca de la economía

Estamos en medio de un enredado laberinto económico del cual no ha sido ni se rá fácil salir. Eso lo saben muy bien los economistas y lo sabemos el resto de los mortales que habitamos esta tierra llamada Venezuela, hoy sacudida por una alta inflación y la notoria escasez de productos esenciales para la vida de todos nosotros, seamos partidarios, opositores, o simple mente indiferentes frente al gobierno.Hay un indudable elemento especulativo que está presente en nuestra economía, y en no pocos casos está asociado al clima de incertidumbre con respecto a los costos de reposición de los productos. Todo aquel que depende de las importaciones para el desarrollo de sus actividades económicas sabe, incluso por instinto de conservación de su negocio, que tiene que protegerse de la inflación y de la escasez, y por ello se ha desatado una carrera rápida y furiosa en los precios.El innombrable sigue siendo el punto de referencia para las transacciones. Esa es una rea lidad que no se puede ocultar y mucho menos resolver sin un plan coherente, creíble y sobre todo discutido por el gobierno con todos los sectores.El gobierno tiene que asu mir sus responsabilidades en el fracaso de la política económica y dar los pasos necesarios y prácticos y actuar para corregir esos entuertos. Los venezolanos todavía estamos esperando un nuevo plan de vuelo en esta materia, porque hasta ahora las medidas anunciadas no van al fondo del problema ni se presentan como parte de una clara estrategia destinada a derrotar la inflación, impulsar la producción, pasar del rentismo petrolero a una am biciosa cadena de iniciativas que al menos nos señalen la ruta hacia el sueño de un modelo realmente productivo.Pero los errores del gobierno en materia económica no pueden ser el pretexto para que la usura sea un comportamiento socialmente aceptado. No hay argumento que pueda sostener como una conducta razonable el incremento de 500% o 1.000% en los precios. Algunos aprovechan la escasez, la inflación y la incertidumbre para pasarse de la raya...

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