La negación de la convivencia

Cuando Caldera ganó las elecciones frente a Gonzalo Barrios buena parte de la sociedad se alarmó, porque temía una invasión de copeyanos que liquidaría a la burocracia adeca que se había establecido desde 1958 y que había implantado una década de predominio. Las caras largas de los derrotados y de sus familiares no solo respondían a los resultados de los sufragios, que impedían la continuidad del imperio duradero que anhelaban, sino especialmente a su indeseable salida de la administración pública.Se llegó a pensar que el tiempo de los verdes acabaría con el tiempo de los blancos sin ningún tipo de contemplaciones, lo cual significaba, en el más común de los casos, la pérdida del sustento.La alarma tenía fundamen to porque era la primera vez que se concretaba la alternabilidad en el ejercicio de funciones públicas después del derrocamiento de Pérez Jiménez.Se podía pensar lo peor debido a la falta de experiencia frente a un hecho que se consideraba insólito, o quizá por la memoria del sectarismo implacable que campeó a raíz del golpe de 1945. Si se pensaba en la experiencia de la dictadura, los temores podían aumentar. Pero los adecos, y especialmente Rómulo Betancourt, habían aprendido la amarga lección de la exclusión y apostaban ahora por administraciones caracterizadas por la amplitud. El restablecimiento de la democracia fue obra de una participación de diferentes organizaciones políticas, no solo porque así lo aconsejaban los pésimos resultados de la pasión banderiza padecida durante el trienio, sino también por la necesidad de apuntalar un experimento rodeado de escollos. Aun así, la gente pensaba en una poda inmisericorde que les tocaría de cerca y de la cual se salvarían a duras penas. Como entonces estaba en las manos del Presidente la designación de los gobernadores, muchos esperaban una arremetida nacional de la cual no escaparían ni los porteros.No solo no fue así, sino que, pese a los pronósticos sombríos, se dieron pasos definiti vos en la denominada política de pacificación asomada por el presidente Leoni. Con Caldera en Miraflores se inició un diálogo con los...

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