Nicanor y la eternidad

Un impulso de mi madre me acercó a un libro con fotografías de escritores del boom, captu rado por las argentinas Sara Facio y Alicia D?Amico, Retratos y auto rretratos Editorial Crisis, 1974. El volumen, en blanco y negro, austero, pero impactante, crecía con textos inéditos de aquel olimpo de la literatura latinoamericana. El texto de Nicanor Parra, acom pañado con una imagen del poeta, congelada mientras caminaba, se titulaba Como les iba diciendo. Nunca lo olvidé, quizás porque fue mi primer shock eléctrico con una lírica continental cargada de humor, desenfada, irónica, que le faltaba el respeto a la tradición solemne de la palabra poética. Así comenzaba: yo soy número uno en todo / no ha habido Âno hay no habrá / sujeto de mayor potencia sexual que yo / una vez hice eyacular diecisiete veces consecutivas / a una empleada doméstica. Lo que me resultaba fascinan te era que en 1974 Parra se burlaba del mito del Che Guevara, cosa que todavía hoy cierta gente no ha aprendido a hacer como un necesario gesto de salud para mirarle la cara a la historia. A esto me refiero: yo le dije al Che Guevara que Bolivia no / le expliqué con lujos de detalles / y le advertí que arriesgaba la vida / de haberme hecho caso / no le hubiera ocurrido lo que le ocurrió / ¿recuerdan ustedes lo que le ocurrió al Che Guevara en Bolivia?. Y terminaba con estas palabras: imbécil me decían en el colegio / pero yo era el primer alumno del curso / tal como ustedes me ven / joven-buen mozo-inteligente / genial diría yo / irresistible / con una verga de padre y señor mío / que las colegialas adivinan de lejos / a pesar de que yo trato de disimular al máximo. Nada que buscar en la trascendencia engolada. Como lo ha retratado el escri tor chileno Rafael Gumucio, este gran animal del espectáculo de 97 años de edad recibió el Premio Cervantes 2011, una de las mejores noticias recientes para la lengua española y, en concreto, el continente latinoamericano. Y Juan Gelman lo definió como el tipo de poeta que escribe para vivir. Y ha vivido lo que ha querido. El periodista y narrador chileno Patricio Fernández lo visitó en su residencia de Las Cruces, esa esquina frente al Pacífico que no ha...

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