Niños y adolescentes se inician en juegos de azar por la crisis económica

Brandon tiene 12 años de edad y aunque debería cursar primer año de bachillerato, prácticamente no ha asistido a clase desde que comenzó el año escolar. Los problemas económicos en su casa lo obligaron a abandonar los estudios. Ahora dedica buena parte del día a apostar a los animalitos, el juego de azar que desde principios de este año ha tomado un gran auge entre los venezolanos de más bajos recursos.Para Brandon elegir entre el tigre, la lapa y el zamuro no es broma, lo ha asumido como una oportunidad de llevar dinero a su casa. Ayudar con la economía familiar se ha convertido en su nueva tarea.Mi mamá no me pudo com prar los zapatos ni la lista para comenzar las clases, porque todo se gasta en comida.Con lo que saco de los animalitos pude ayudar para que mi hermanita vaya al preescolar, dice mientras espera su turno en una larga cola en una agencia de lotería que está a dos cuadras de la plaza Candelaria, en Caracas.Este centro de apuestas es uno de los cinco que se cuentan en apenas dos cuadras de la concurrida zona capitalina. Como Brandon hay otros dos niños en la cola. Luis y Estefani de 11 años y 13 años, respectivamente. Los tres comenzaron en el juego influenciados por un tío de Luis, que una vez los mandó a hacer una apuesta.César Sánchez Bello, médi co psiquiatra, alerta que el auge de los juegos de azar está asociado directamente con la crisis económica actual y que niños y adolescentes, la población más vulnerable, son los más susceptibles de caer en este tipo de comportamientos, que pueden degenerar en actitudes viciosas que afectan su desarrollo psicológico a mediano plazo.Su impacto en las mentes de los niños y jóvenes aún en desarrollo es irreparable, se modifica su conducta, crecen con la noción del dinero fácil.Su pensamiento empieza a dirigirse de manera precoz a temas que no le son sencillos de manejar, terminan expuestos a la frustración y a la ansiedad, explica.Además, como en todo jue go de envite y azar, las personas dicen siempre cuánto di nero ganan, pero no cuánto pierden.Roger Ustáriz, administra dor de un centro de apuestas de la Lotería de Animalitos en La Hoyada, afirma que lo asume como un negocio familiar, en el que incursionó por la crisis económica. En 2015 pasó de encargado de una tienda de ropa para caballeros a vender...

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