No basta votar

Epale amigo lector, probablemente este artículo no es contigo. Te invito a dejar de leerlo si respondes afirmativamente alguna de estas preguntas: ¿Participas en alguna organización para el mejoramiento de la vida vecinal, ? ¿Asistes con regularidad a las asambleas de tu comunidad? ¿Has firmado un petitorio público o mandado una queja formal o escrito una carta o email proponiendo o reclamando algo? ¿Has ido a alguna marcha, eres voluntario de algo? Ya puedes dejar de leer si dijiste que sí a algo de eso. Si sigues leyendo, entonces lo que viene es contigo amigo o amiga. Si no te da la gana de participar en política es tu derecho. Es tu opción. Otros decidieron poner el hombro para ayudar al país o a la comunidad. No importa la óptica política. Están luchando por lo que creen que le conviene más a la colectividad. No los ayudes. Tampoco los estorbes. Ser ciudadano, estimado lector, no es tener una cédula de identidad, es sobretodo un estado mental, una actitud. Es entender que el mundo no se acaba en el ombligo. Un país es una nave en aguas turbulentas que requiere buenos tripulantes. Pero no es un barco a motor, sino más bien una galera impulsada a remo, a pulmón. Y tú estás a bordo. Si te gusta el Gobierno, apóyalo. Si los gobernantes no sirven, métete en un partido de oposición y lucha por ser gobierno. Si la opo sición tampoco te gusta, funda tu propio partido, crea una ONG, haz un grupo de electores. Si tu edificio es un desastre, postúlate a la junta de condominio. Si los voceros del consejo comunal se roban los reales, por lo menos asiste a las asambleas. Si algo no te gusta, trabaja para...

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