No cree en nadie

C uando Venezuela jugó contra Argentina en 2011, una emisora de radio de Buenos Ai res llamó a Rafael Dudamel y le preguntó por Lionel Messi.Su respuesta no pudo ser más elocuente.Si me lo consigo en la can cha, le rompo las piernas. Ahí dentro del rectángulo, es mi rival. No hay espacio para admiración. Si me lo consigo en un avión le doy un abrazo, le digo usted es el mejor del mundo, y me saco una foto con él, aseguró.Dudamel, en su discurso co mo seleccionador nacional gravita entre la irreverencia de Richard Páez, y un respeto dentro del vestuario que es inusitado para un grupo mer mado moralmente. Hoy, la Vinotinto se siente capaz de batir a cualquiera. Incluso a la mismísima Argentina.Vi los rostros de dolor en el grupo en el vestuario después del empate con México, y esto, por irónico que parezca me reconfortó. Estoy orgulloso de las ganas de ganar que tienen. De ese espíritu guerrero, de ese querer combatir, aseguró después del duelo contra México.En su ciclo, al menos en los partidos oficiales, la selección encontró el rumbo extraviado. Ahora no creen en nadie.Entre el discurso ganador del yaracuyano, el notable cambio de los jugadores y las estadísticas, existen sobrados argumentos...

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