De eso que no hablamos

Como tantos otros espectadores, permanecí en silencio, fascinado, ante las imágenes de Carlos Oteyza en Tiempos de dictadura, documental que se ha convertido en un verdadero suceso de taquilla desde su estreno. Buena noticia para el cine, pero mejor aún para la salud de la democracia. Esta revisión de una época ne gra del pasado venezolano Âel antecedente más cercano en el tiempo del militarismo anticonstitucional que tiene el chavismo ha colocado frente a los ojos de los espectadores imágenes que no habían visto nunca o llevaban tiempo sin observar. Estructurada como mosaico co ral que integra voces de protagonistas de primera línea incluso la de un perezjimenista light; imágenes de la época; y una suerte de discurso integrador de lo que no tiene imágenes, como son los momentos animados, Tiempos de dictadura aprovecha una opor tunidad única para hablarnos de asuntos importantes: el ambiente previo a las elecciones presidenciales del 7 de octubre próximo. En las imágenes escogidas por Oteyza, y su equipo de producción, aparece la democracia traicionada por un golpe de Estado. También un país que se mantendrá en silencio a veces, y otros en son de fiesta, frente a diez años de asesinatos, torturas y excesos autoritarios. Y no menos importante: allí está siempre la resistencia que se juega la vida. Esos tres condimentos la cons titucionalidad herida; la pasividad y el jolgorio de una población que no quería involucrarse con esa cosa fea llamada política; y unos activistas que vencieron el miedo en la clandestinidad curiosamente tienden sombras sobre el presente. He ahí la fuerza del discurso de Tiempos de dic tadura: es como si el pasado nos permitiera mirar por un huequito la vida presente. A lo largo de trece años 1999/2012 una de las víctimas más alarmantes de este proceso Âque se empeñan en llamar revolucionario cuando no lo es ha sido la institucionalidad, eso que nos estructura democráticamente para no regresar a la barbarie de los primeros tiempos de la humanidad. La institucionalidad fue asesinada por este régimen y las consecuencias son conocidas por todos. El segundo elemento que esta blece un vínculo emocional y doloroso entre los días del perezjimenismo y los del chavismo es la...

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