No es un monstruo

Hay dos maneras de abordar el tema de la inflación que no llevan a ningún re sultado. La primera es pensar en ella como un monstruo.Vista así parecería que, además de peligrosa e incontrolable, de aparición súbita y rodeada de misterio, para enfrentarla haría falta un héroe, un salvador, una acción casi épica. Desde otra perspectiva, hay quien la atribuye a la codicia y a la especulación. La salida: buscar culpables, perseguirlos, establecer más y más controles.La verdad no está en ninguna de esas direcciones. La inflación es un hecho económico medible y una consecuencia de políticas equivocadas, especialmente monetarias y fiscales, las que tienen que ver con el control del gasto público y, de manera determinante, con la producción y comercialización de bienes y servicios.Una explicación elemen tal de la inflación parte de la confrontación entre disponibilidad de dinero y disponibilidad de productos. La regla es simple: a mayor escasez de bienes, mayor precio. Di cho de otro modo: a menor producción, más inflación. El punto está, entonces, en garantizar la disponibilidad de bienes. Hay solo dos maneras de hacerlo: produciéndolos o importándolos. Aquí parece estar la explicación para la inflación venezolana: las políticas públicas no estimulan la producción nacional y el sistema de manejo de divisas traba la importación.Desde una perspectiva políti ca interesada en buscar culpables, se ha tratado de atribuir la inflación venezolana de casi 60% a la usura. Cabría preguntarse si los empresarios venezolanos son más codiciosos o más incapaces que los del resto de mundo, donde el índice promedio de inflación ronda 2%. Ni una cosa, ni la otra.La realidad es otra: las políticas públicas establecidas generan desconfianza, traban y restan estímulo a la producción.Los comerciantes, en par ticular, están sometidos a un esquema de manejo de divisas no transparente, arbitrario, colmado de dificultades, generador de desconfianza y frente al cual se sienten obligados a protegerse. Las limitaciones y la discrecionalidad en el otorgamiento de divisas les ha compelido, a sabiendas de las autoridades, a trabajar con el dólar de mercado, lo que en buena...

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