No son platos de segunda mesa

Amucho plato famoso hecho con sobras del día anterior se le ha achacado una partida de nacimiento muy pobre de hecho, aunque muy discutida hoy en día, esa ha sido la historia de nuestra famosa hallaca, pero no creo que los grandes platos hechos con sobras del día anterior vengan de la pobreza. En pobreza es poco lo que se tiene para comer y por lo tanto es bastante inusual cocinar en exceso. En una economía de subsistencia todo exceso es una afrenta, así que es más lógico pensar que el acto de cocinar con sobrantes nace desde la visión de la reutilización que de la carestía. Botar comida es un fenómeno de la modernidad. Muchos dicen que la nevera ha sido una de las grandes culpables de ese cambio tremendo en nuestros esquemas mentales, porque así como nos permite conservar también nos da tiempo de olvidar. En una nevera puede guardarse la comida y los vegetales hasta que se dañaron y hay que botarlos. Hasta la irrupción masiva de los refrigeradores domésticos se inventaron en 1910 y sólo cuando fueron asequibles en precio para la clase media, en la década de los cincuenta del siglo XX, es que se masificaron se compraban los ingredientes perecederos casi a diario y todo sobrante de comida debía usarse en las 24 horas siguientes. No botar comida era el mantra imperante en la cocina tanto de casas poco acomodadas como en aquellas de familias pudientes. Grandes platos venezolanos como las torticas de arroz fritas saladas con queso, o dulces con papelón, el cuajao de cazón, el asopado de carite frito, la torta de pan o las caraoticas refritas seguramente nacieron, respectivamente, de sobrantes de arroz, pescado guisado con onoto, carite frito, pan viejo y sopa de caraotas. Experimentos exitosos en alguna casa con ánimo ahorrativo, que a la larga terminaron por convertirse en parte fundamental de nuestro recetario tradicional. De hecho, ahora que nos acercamos a la época decembrina en muchos de nuestros hogares se servirán dos grandes platos nacidos del uso de sobrantes del día anterior, como son el queso de bola holandés relleno y los bollitos. Grandes platos de la cocina mundial que consideramos verdaderos clásicos, estudiados con algo de detenimiento, deben haber tenido su origen en alguna forma de utilización de lo que quedó en la mesa el día anterior. Ropa vieja en España, sopa de tortilla en México, french toast en Estados Unidos, arroz salteado con vegetales y soja en China, albóndigas de ternera en Italia, croquetas de...

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