No puedo vivir sin ti

En Ciencia, existe lo que se llaman definiciones negativas, que son proposiciones que tratan de explicar determinados conceptos o fenómenos, pero a partir de lo que no son.Así, por ejemplo, una definición negativa de paz es describirla como ausencia de guerra. Una definición negativa de vida, es concebirla como lo contrario de muerte.En la ciencia psicológica, tam bién hay personalidades que se construyen por definición negativa, pero estas pertenecen al terreno de la psicopatología o de las alteraciones de la sanidad conductual. Son personalidades débiles, incapaces de desarrollar su identidad sobre la base de la autoafirmación, y que necesitan de otro como referencia existencial. Son sujetos tristes, inseguros, estructuralmente inestables, porque a falta de la capacidad para definirse por sí mismos, sólo encuentran sentido por oposición o negación a otros. Si son algo, es por contraposición a otra cosa. Son las personalidades anti, que a la hora de describir su conducta siempre le anteponen ese inseparable prefijo griego que denota contrariedad o antagonismo. Así, si se les pregunta qué son, la primera respuesta es negativa: son anticlericales, antisemitas, antirreligiosos, antiimperialistas, antireglamentarios, antiprogresistas, antipolíticos, antipartidos, o cualquier anti que le dé sentido a su existencia. Sin un anti que les defina, simplemente no son nadie.Si esto habla mal de la es tructura caracterológica de una persona individual, cuando esta definición negativa se traslada a un grupo político, la cosa cobra mayor gravedad y relevancia. Tal es el caso de los representantes de la actual oligarquía venezolana en el poder. No sólo los anti abundan en la propia autodefinición de nuestros poderosos de turno, esa que ellos mismos redactan en sus panfletos y proclamas para autodescribirse y explicar su ideología, sino que su discurso y su conducta son una gigantesca floristería de negatividad y necesidad patológica de enfrentar a alguien.¿Quiere hacer la prueba? In tente oír a por más de 5 minutos a cualquiera de nuestros burócratas oficiales. Escójalos al azar. Cualquiera sirve. Haga el...

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