No hay vida sin reconciliación

Chávez ganó con votos, no con trampa en las máquinas. ¿Pero con qué usos y abusos consiguió parte de esos votos? La dirigencia opositora supo de su derrota temprano en la noche antes del primer boletín del CNE cuando empezaron a llegar las informaciones de sus testigos y miembros de mesas y los conteos rápidos sustituyeron a los alentadores exit polls . Capriles en la derrota mostró un temple político y espiritual más extraordinario que en su admirable campaña. En la mañana del 7 los venezolanos tuvimos motivos de agrado por la concurrencia, la paz y el respeto; no tanto en la tarde y en la noche. Lo que es totalmente inaceptable en una democracia es el descarado abuso de los recursos del Estado por parte de la candidatura gubernamental, delitos continuados contra la Constitución y básicos principios éticos: uso del dinero público, chantaje, calumnia, miedo y coacción. Por ello el voto de varios millones no fue verdaderamente libre, y sin la amenaza hubieran votado de otro modo. El Gobierno sabía y sabe que sin esos atropellos el voto libre favorece a la alternativa democrática; y echaron el resto. Creo que éste es el duro cuadro real. La democracia venezolana está atrapada por una monstruosa apropiación partidista; es recuperable con realismo, conciencia y mejor trabajo, no con culpabilizaciones de despechados y menos con la siembra de nunca más votar. La maquinaria de los ganadores funcionó con mucha eficacia en la tarde del 7, ayudada indebida mente por la computadora registradora de cédulas y votantes implantada a la entrada del recinto electoral y conectada para el acarreo coactivo de la gente. Es impresionante la voluntad y el esfuerzo físico y mental del seriamente enfermo Chávez y explicable la gran debilidad de millones de votantes pobres sometido vitalmente a las ayudas, imposiciones y amenazas del Gobierno-Estado. Miles de millones para aliviar la pobreza y no para superarla, mantienen la esperanza de muchos. Otros votaron por miedo a perder lo que se tiene y por la errada convicción de que el voto no es secreto. En el extraordinario esfuerzo unitario por rescatar la normalidad democrática hay que resaltar junto con Capriles el nombre de Ramón Guillermo Aveledo, con muchos...

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