Noel Sanvicente: Los corderos se convirtieron en tigres

Noel Sanvicente tomó su primer vuelo a Barinas con unos audífonos puestos y la música a todo volumen, o por lo menos con esa metáfora explica su llegada al Zamora, la cual fue desaconsejada por varios de sus allegados. Hasta presidentes de otros equipos me decían que estaba loco, dijo. Ayer, después de celebrar el Clausura con el equipo llanero, cree que haber tomado esa decisión fue lo mejor que pude hacer.Cuando recibió la llamada de Adelis Chávez, el presidente del equipo, le advirtió: No sabes en lo que te estás metiendo, yo soy muy exigente y si algo no me cumplen con algo no lo voy a pensar para irme. Ellos me dijeron que no había problemas y ya con hacerlos pensar en eso era un cambio.Aceptó el reto y comenzó a trabajar antes que cualquier otro equipo. Una vez frente al plantel se encontró con un panorama complicado ya que muchos de sus jugadores estaban lejos de las condiciones físicas que él quería. Tenían un porcentaje de grasa alto, los niveles de ácido úrico altísimos, algunos hasta con hígado graso, relató el DT. Muchos de ellos no estaban ni en 50% de su potencial.En la concentración del equi po, en una hacienda cercana a Barinas, colocó una pizarra en la que llevaban el peso de cada futbolista y los kilos que tenía de más. Así fue trabajando junto a su cuerpo técnico hasta colocar a cada uno en su punto.Luego fue incorporando herramientas como el aspecto psicológico y el análisis de videos personalizados para cada línea.Poco a poco vieron los resultados, poco a poco fueron agarrando el toro por los cachos y así fue que se fueron soltando Pedro Ramírez, Juan Falcón, Gaby Torres y el `Chiguire’ Arles Flores.A mediados del Apertura, el equipo comenzó a parecerse a lo que quería el técnico pero la enfermedad de su esposa le llevó a viajar los domingos después de cada partido hasta Caracas para estar con ella. Casi tira la toalla pero el club y la fanaticada lo apoyaron. Me decían que estaban rezando por ella, por eso estaré eternamen te agradecido, dijo. Y así decidió...

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