Nostalgia de Ledezma

El retiro de Antonio Ledezma es la mala noticia de la semana, en el campo político. Ninguna ventaja tiene para las fuerzas opositoras el repliegue del formidable político, que debió ceder en sus aspiraciones de ser el candidato de la unidad, al ver frustrada su esperanza de recibir el apoyo de Acción Democrática, el partido donde se inició en la lucha política. Algunos han celebrado el mutis calificándolo de acto de gallardía. No veo por qué. Es como si el hecho de haberse propuesto como precandidato hubiera sido un acto reñido con la gallardía, y que la renuncia hubiera venido a redimirlo de tal falta. Es al revés: gallardo, valiente y bizarro fue salir al ruedo a ofrecer sus credenciales para que el país considerara la posibilidad de elegirlo presidente. Como es característico en Ledezma, no hizo esta oferta de manera retórica, para amagar a ver qué pasaba o repantigado en una butaca. La candidatura de Antonio Ledezma a las primarias estaba montada en su incesante trabajo político, en contacto con la gente, en ágiles desplazamientos por todo el país, en certeros señalamientos al régimen al que no le ha dado tregua. Todos los precandidatos que se han echado para atrás son valiosos y merecen respeto, desde luego, pero ninguno de los ausentes desplegó una labor comparable a la de Antonio Ledezma, en pun to a su presencia en las comunidades, su activa concurrencia a los diferentes espacios de encuentro y debate, así como a la contundencia de sus reclamos al autócrata. Quienes aplauden la retirada de Ledezma pierden de vista el hecho de que los precandidatos están trabajando para sus respectivas opciones, pero también Ây sobre todo para la candidatura unitaria que emergerá en febrero. Es por eso que el caleidoscopio con la imagen multiplicada de Capriles, Machado, Pérez, López y Ledezma, llenos de vida y entusiasmo, hablando desde las tribunas, abrazando compatriotas, apretando manos en todos los caminos, tiene literalmente enfermo al autócrata, física y mentalmente muy susceptible al estrés. La baja de Ledezma supone la ausencia de un tremendo buscador de votos, de un elocuente orador y un imaginativo hombre de partido que hace rendir cada centavo y siempre encuentra salidas...

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