La novela policíaca y las mujeres sostienen relaciones íntimas

Es incorrecto pensar que, por su asociación con la violencia urbana, la literatura policial es un género sólo practicado por los hombres y que los discursos femeninos nada han aportado a un área en la que el crimen es el leitmotiv. Edgar Allan Poe puede haber sido el precursor con cuentos como Los crímenes de la calle Morgue o La carta robada y sir Arthur Conan Doyle el creador del arquetipo del detective moderno con Sherlock Holmes, pero fue Agatha Christie, la escritora que dio vida a personajes como los del investigador Hercules Poirot y de Miss Marple, la que llevó este tipo de ficción al nivel de bestseller. Y la verdad es que no sólo fue ella. Hace más de una década los críticos Jean Swanson y Darryl Dean James publicaron en Estados Unidos By a Woman?s Hand. A Guide to Mystery Fiction by Women, una antología de autoras del género en la que aparecen 262 perfiles, lo que evidencia su buena salud en la tradición anglosajona. Entre las damas del crimen, Eloi Yagüe, escritor venezolano que se ha dedicado a este tipo de ficción, cuenta a Dorothy L. Sayers, Margery Allingham, Ngaio Marsh, P.D. James, Ellis Peters y Ruth Rendell: En Estados Unidos, Patricia Highsmith, quien fue guionista del mago del suspense cinematográfico Alfred Hitchcock, cultivó el hard-boiled, la novela verdaderamente negra. Creó a Ripley, un personaje serial suplantador de identidades, timador y hasta homicida que, sin embargo, tiene un momento de grandeza en El ami go americano, considerada su obra maestra. Otras estadouni denses que cultivan el género negro son Sue Grafton, Linda Barnes y Margaret Millar, cuyo único error fue casarse con un famoso escritor de novela negra, Ross Macdonald, quien la opacó. En español. En el mundo his panohablante las incursiones de autoras en el género han sido menos frecuentes. Pero ejemplos hay: como el que presentó Carmen Posadas en 2010, Invitación a un asesina to, en la que una mujer que desea que la maten convida a sus enemigos a navegar por el Mediterráneo; el de la fantasía futurista protagonizada por la detective Bruna Husky y titulada Lágrimas en la lluvia 2011 de Rosa Montero; y La muerte me da 2008, en la que Cristina Rivera Garza convierte la tragedia de los feminicidios en la frontera mexicana en una lectura alternativa de la poesía de Alejandra Pizarnik. Sólo la colombiana Lina María Pérez Gaviria se dedica en exclusividad a la novela negra. Quizá ahora que la espa ñola Cristina Fallarás se...

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