Una nueva reforma

Como parte de la gran misión A Toda Vida Venezuela, que sería la número 19 de las ya anunciadas por el máximo paciente de la república para combatir el problema de la inseguridad (fracasadas todas y que nos ubican en los países más inseguros del mundo), el Gobierno lanza una operación de propaganda destinada a crear un falso ambiente de transformación del sistema de justicia penal. Entre sus acciones, válgame Dios, está la promulgación de un nuevo Código Orgánico Procesal Penal. Recordemos que el COPP entró en vigencia en julio de 1999, a pocos meses del inicio del mandato de Chávez, y venía a sustituir a un sistema procesal penal inquisitivo, que nos había regido por muchos años a través del Código de Enjuiciamiento Criminal. Surgió en 1999 un sistema con más garantías y con clara visión del respeto a los derechos humanos de los imputados y las víctimas, así como (teóricamente) un proceso penal más ágil, claro y eficaz. El COPP, antes de su entrada en vigencia, tuvo un sinnúmero de detractores que apostaron a su fracaso. Evidentemente, lograron triunfar porque, desde su promulgación, ha tenido cinco reformas (en 2001, 2006, 2008 y 2009) con el argumento de que eran necesarias para que las políticas de seguridad del Estado fueran más eficaces (¿?).

Esta reforma planteada ahora por los enfermeros rojo rojitos sería la número seis que se le hace al magullado COOP, aunque la situación de inseguridad ha llegado ya hasta las puertas de las costosas viviendas de los nuevos ricos del PSUV. La modificación que el paciente presidencial piensa aprobar por decreto y sin la consulta necesaria que exigen las leyes...

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