Un Obama demasiado cauteloso

En esta temporada electoral en Estados Unidos, el presidente Barack Obama es dos hombres en uno. El Obama del discurso de 2009 en El Cairo, cuando hizo un llamamiento en pro de un nuevo comienzo entre su país y los musulmanes de todo el mundo, ha ido quedando cada vez más eclipsado por el Obama liquidador de terroristas, el comandante en jefe que ha lanzado centenares de ataques con aviones no tripulados contra Al Qaeda y sus filiales y que ordenó matar a Osama bin Laden. El Obama comandante en jefe hace lo que considera necesario para preservar la seguridad de los americanos, pero pasa por alto las raíces más profundas de la seguridad de Estados Unidos que el Obama de El Cairo entendía tan bien. Pensemos en Siria. Todo lo que allí sucede era previsible y se predijo: una guerra por poderes entre Arabia Saudita e Irán, un sectarismo y una segregación étnica en aumento, la polarización de los extremos y el silenciamiento de los moderados, la desestabilización de países vecinos, la infiltración de grupos terroristas y un baño de sangre del que el país podría tardar decenios en recuperarse. Los grupos de oposición sirios rogaron que se les facilitaran los tipos de armas necesarios para combatir los aviones del presidente Bashar al Assad, defender un territorio conquistado con mucho esfuerzo, brindar seguridad a los civiles e indicar a Assad que el mundo no se quedará de brazos cruzados mientras él hace todo lo que haga falta para someter a su propio pueblo. Todas las mañanas, Obama recibe informaciones de hombres que lo avisan de todas las tramas y conspiraciones encaminadas a matar a americanos. Sabe que cualquier arma que pueda derribar un avión sirio podría ser utilizada también por un terrorista contra un avión de pasajeros de Estados Unidos. Está convencido de que hace lo que debe. Otros asesores le advierten que cualquier posible medida que adopte requiere la eliminación de las defensas antiaéreas en toda Siria. Eso significaría el bombardeo de Damasco, que podría reforzar el apoyo sirio a Assad y tal vez no sirviera de nada; podría salvar unas pocas vidas, pero no cambiaría la dinámica general del conflicto. Además, otros países de la región no utilizarán una fuerza ofensiva sin la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU, que los rusos y los chinos siguen bloqueando. Y no debemos olvidar que los...

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