Obama, el dubitativo

Enfrentado recientemente a dos de los mayores retos de su gestión, la guerra de Afganistán y el peso de la deuda, Barack Obama ha optado por la misma solución: el punto intermedio, la conciliación de intereses enfrentados, la moderación y la prudencia. Un presidente que fue elegido bajo el emblema del cambio y que se esperaba transformador por su origen y sus circunstancias, ha consolidado definitivamente un modelo de Presidencia en el que su liderazgo personal se diluye en beneficio del consenso. En el caso de Afganistán, Obama pudo haber escogido una retirada acelerada, como le pedía la izquierda, o una ex tensión de la presencia militar, como querían los militares. En lugar de eso, prefirió una salida escalonada, a medio camino entre ambas alternativas. En la difícil negociación sobre la deuda, se ha reunido con los líderes de ambos partidos en el Senado y les ha pedido esfuerzos para llegar a un acuerdo, sin expresar su propia preferencia o marcar objetivos irrenunciables. Con excepción de la muerte de Osama bin Laden -un momento en el que tuvo que actuar con audacia ante los numerosos riesgos evidentes-, ése ha sido el estilo de Obama en las grandes decisiones. Sacó adelante la reforma sani taria renunciando a un sistema público de atención a los pacientes. Firmó la reforma financiera sin incluir sanciones para los bancos que habían puesto la economía al borde del precipicio. Ni respaldó ni rechazó las reducciones de impuestos heredadas de George Bush: las prolongó durante dos años. Apoya que los homosexuales tengan los mismos derechos que el resto de los estadounidenses, pero no comparte abiertamente el matrimonio gay. En política exterior, el balan ce es similar. Eliminó el escudo antimisiles diseñado por su antecesor en Europa del Este, pero lo sustituyó por otro más modesto que aún sigue irritando a Rusia. Invita al Dalai Lama a la Casa Blanca, pero le hace entrar por la puerta de atrás para que los fotógrafos no lo registren. Visita Europa, pero no habla de Europa como entidad política y económica. Apoya los movimientos democratizadores en el mundo árabe, pero mantiene las alianzas con los regíme nes antidemocráticos que aún siguen en pie. Este estilo de presidencia tiene la virtud de intentar un Gobierno desde el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR