Me obstiné de no conseguir medicinas y no las tomé más

Chris Mijares dice que su enfermedad la lleva por dentro.Y es cierto. Pero ya sus manos comienzan a mostrar los primeros signos: tienen una coloración más clara a la del resto de su cuerpo moreno, la piel es más dura de lo normal, uno de sus dedos está doblado como si padeciera artritis y constantemente se le hinchan y le duelen. Con 29 años de edad, tiene 8 años diagnosticada con esclerodermia, un trastorno autoinmunitario que afecta los tejidos y destruye el tejido sano de la piel, los vasos sanguíneos, los músculos y los órganos internos.No hay un tratamiento es pecífico para la esclerodermia, solo para los síntomas.Chris debe tomar Cupripen para la artritis. Lo vendían en la Fundación Banco de Drogas Antineoplásicas, Badan, pero desde hace un año que no lo consigue. Tampoco está disponible la Colchicina para prevenir los dolores repentinos en las articulaciones. El Plaquinol, un antirreumático, pudo comprarlo este mes en Badan, pero le vendieron solo 2 cajas de 20 pastillas cada una, aunque debe tomar una diaria indefinidamente.Me he sentido mal, pero he buscado otras alternativas. Fui a un acupuntor y me mandan cosas homeopáticas. Me obstiné de no conseguir los medicamentos y no me los tomé más.No tengo dinero para comprarlos afuera.Tras haber suspendido gran parte de su tratamiento, el médico luego de regañarla por la decisión le pidió que se hiciera exámenes generales para determinar su estado de salud. Fueron 10 exámenes de sangre y pagué 43.000 bolívares hace un mes. Y el martes pagué 11.000 bolívares más en un perfil 20 y un examen de glucemia.Por su condición, Chris de jó de trabajar en una empresa y comenzó a diseñar trajes de baño por su cuenta. La rigidez de sus manos le impide...

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