Decisión nº 616-10 de Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil y Transito de Cojedes, de 16 de Septiembre de 2010

Fecha de Resolución16 de Septiembre de 2010
EmisorJuzgado Superior en lo Civil, Mercantil y Transito
PonenteMirla Bianexis Malave Saez
ProcedimientoCobro De Bolívares Por Accidente De Tránsito

JUZGADO SUPERIOR EN LO CIVIL, MERCANTIL, BANCARIO Y DEL TRÁNSITO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO COJEDES

SENTENCIA Nº: 616-10

EXPEDIENTE Nº: 0003

JUEZA: Abogada M.B.M.S.

IDENTIFICACIÓN DE LAS PARTES:

DEMANDANTE: O.E.O.H., titular de la cédula de identidad Nº V-3.752.905

APODERADAS JUDICIALES: Abogadas D.M.Á.D.M. y ORELYS ÁLVAREZ DE GUEDEZ, I.P.S.A. Nros. 19.974 y 24.651

DEMANDADO: E.O.R.O., titular de la cédula de identidad Nº V-7.067.505

APODERADOS JUDICIALES: Abogados P.J.N.T. y L.A.C.R., I.P.S.A. Nros. 20.862 y 20.871

MOTIVO: COBRO DE BOLÍVARES DERIVADO DE ACCIDENTE DE TRÁNSITO.

PROLEGÓMENOS

Suben las presentes actuaciones al Juzgado Superior, en virtud de la apelación interpuesta por el ciudadano E.O.R.O., debidamente asistido por el abogado E.L.M.A., parte demandada, contra la decisión de fecha veintiséis (26) de octubre de mil novecientos ochenta y ocho (1988), dictada por el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, del Tránsito, del Trabajo y de Menores de la Circunscripción Judicial del estado Cojedes, mediante la cual declaró con lugar la demanda por Cobro de Bolívares derivado de Accidente de Tránsito, seguida por el ciudadano O.E.O.H., contra el ciudadano E.O.R.O..

Por cuanto fui designada por la Comisión Judicial en fecha quince (15) de junio de dos mil diez (2010), Jueza Provisoria del Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Cojedes, según oficio Nº CJ-10-970, siendo juramentada en fecha treinta (30) de junio de dos mil diez (2010), y tomando posesión del cargo en fecha doce (12) de julio de dos mil diez (2010), por no tener impedimento legal alguno, me ABOCO al conocimiento del presente expediente signado bajo el Nº 0003.

Con fundamento a lo anterior, esta Juzgadora pasa a dictar sentencia en el presente juicio en base a las siguientes consideraciones.

I

MOTIVOS DE HECHO Y DE DERECHO

El libelo de la demanda fue presentado por el ciudadano O.E.O.H., debidamente asistido por la abogada D.M.Á.d.M., ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Agrario, del Tránsito, del Trabajo y de Menores de la Circunscripción Judicial del estado Cojedes, anexando los siguientes documentos: copia certificada de actuaciones administrativas de tránsito y constancia médica.

Admitida la demanda, por auto de fecha diez (10) de mayo de mil novecientos ochenta y ocho (1988), se ordenó el emplazamiento de la parte demandada; ordenándose constituir fianza hasta por la cantidad de Ciento Cuarenta y Un Mil Setecientos Cincuenta Bolívares (Bs.141.750,00).

En fecha diez (10) de mayo de mil novecientos ochenta y ocho (1988), compareció la abogada D.M.Á.d.M., consignando poder general otorgado por el ciudadano O.E.O.H..

Citada la parte demandada, en fecha ocho (08) de junio de mil novecientos ochenta y ocho (1988), solicitó la reposición de la causa, al estado de que sea admitida nuevamente la demanda, anexando poder otorgado por el ciudadano E.O.R.O. a los abogados P.J.N.T. y L.A.C.R.. Posteriormente, en fecha catorce (14) de junio de mil novecientos ochenta y ocho (1988), compareció el abogado P.J.N.T., en su carácter de apoderado judicial de la parte accionada, oponiendo cuestiones previas, y dando contestación al fondo de la demanda, procediendo a reconvenir al demandante, estimándola en la cantidad de Ciento Seis Mil Quinientos Bolívares (Bs.106.500,00), anexando documentos marcados desde la “a” hasta la “f”.

Abierto el lapso probatorio, compareció la apoderada actora, a los fines de consignar escrito de pruebas, promoviendo original del título de propiedad y constancia emanada de Ipostel.

Por auto de fecha veintisiete (27) de junio de mil novecientos ochenta y ocho (1988), el tribunal a-quo admitió las pruebas promovidas por las partes.

El Juzgado Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y del Trabajo de la Circunscripción Judicial del estado Cojedes, en fecha veintiséis (26) de octubre de mil novecientos ochenta y ocho (1988), dictó sentencia, declarando con lugar la demanda y condenado al demandado a pagar al actor la cantidad de Sesenta y Tres Mil Bolívares (BS.63.000,00), por concepto de daños materiales; apelando de la anterior decisión el ciudadano E.O.R.O., en su carácter de demandado, oyéndose la apelación y acordándose la remisión del expediente al Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, del Tránsito, del Trabajo y de Menores de la Circunscripción Judicial del estado Cojedes, dándosele entrada por auto de fecha siete (07) de diciembre de mil novecientos ochenta y ocho (1988).

Seguidamente, en fecha diecinueve (19) de diciembre de mil novecientos ochenta y ocho (1988), el apelante presentó escrito de pruebas. Posteriormente, el apelante presentó sus conclusiones escritas en el presente juicio.

En fecha nueve (09) de enero de mil novecientos ochenta y nueve (1989), compareció el ciudadano J.L. D’ Lima Lapenta, en su carácter de representante legal de la depositaria judicial Venezuela, C.A., solicitando autorización para proceder a vender el bien embargado, por estar expuesto a deterioro por falta de uso; oponiéndose el demandado a dicho pedimento, en fecha treinta y uno (31) de enero de mil novecientos ochenta y nueve (1989).

Vista la oposición formulada por el demandado, por auto de fecha diez (10) de febrero de mil novecientos ochenta y nueve (1989), se acordó practicar nuevo avalúo al bien (vehículo) objeto de embargo.

En fecha cinco (05) de mayo de mil novecientos ochenta y nueve (1989), el perito avaluador designado practicó nuevo avalúo sobre el bien embargado.

Posteriormente, en fecha dos (02) de octubre de mil novecientos noventa (1990), la apoderada actora solicitó se dicte sentencia en el presente juicio.

En fecha veintidós (22) de septiembre de mil novecientos noventa y tres (1993), el representante legal de la depositaria judicial, solicitó autorización para proceder a la venta del bien embargado.

En fecha dieciocho (18) de marzo de dos mil dos (2002), la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del estado Cojedes, acordó la remisión del expediente al Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, del Tránsito, del Trabajo y Estabilidad Laboral de la Circunscripción Judicial del estado Cojedes.

Por recibido el expediente en el Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, del Tránsito, del Trabajo y Estabilidad Laboral de la Circunscripción Judicial del estado Cojedes, se le dio entrada por auto de fecha cinco (05) de agosto de dos mil dos (2002), bajo el Nº 0003.

Por auto de fecha catorce (14) de noviembre de dos mil dos (2002), el abogado Sadala A. Mostafá P., se abocó al conocimiento del presente expediente, acordando notificar a las partes del abocamiento del juez.

Por auto de fecha quince (15) de marzo de dos mil cinco (2005), visto que ha sido imposible la notificación de las partes en el presente juicio, se acordó notificar a las mismas mediante cartel, de conformidad con el artículo 233 del Código de Procedimiento Civil.

II

CONSIDERACIONES PARA DECIDIR

El artículo 267 del Código de Procedimiento Civil es claro en señalar, que después de vista la causa para sentencia, no se puede declarar la perención del juicio, regla que por igual se aplica al procedimiento de amparo, sobre todo cuando está pendiente sólo la sentencia del Tribunal.

Sobre la llamada teoría del “decaimiento de la acción”, existe una interesante sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (Nº 956, caso Valero Portillo), bajo la ponencia del Magistrado Jesús Eduardo Cabrera Romero, en la cual se estableció la siguiente doctrina:

(Omissis)

…A juicio de esta Sala es un requisito de la acción, que quien la ejerce tenga interés procesal, entendiendo este como la necesidad del accionante de acudir a la vía judicial para que se declare un derecho o se le reconozca una situación de hecho a su favor.

Si teóricamente es irrelevante ir a la vía judicial para obtener la declaratoria del derecho o el reconocimiento o constitución de la situación jurídica, o para preservar un daño, la acción no existe, o de existir, se extingue, si cesa la necesidad de incoar la actividad jurisdiccional.

Quien demanda a una compañía aseguradora, por ejemplo, para que le indemnice un bien amparado por una póliza de robo, pierde el interés procesal, si recupera el bien. Ya no necesita de indemnización (si ello no lo demandó) ni de fallo que ordene la entrega del objeto asegurado.

Esta pérdida de interés puede o no existir antes del proceso u ocurrir durante él, y uno de los correctivos para denunciarlos si se detecta a tiempo, es la oposición de la falta de interés. Pero igualmente debe ser decretada por el juez antes de admitir la demanda y ser declarada en el auto que la inadmite, donde realmente lo que se rechaza es la acción y no el escrito de demanda. El Artículo 6, numerales 1, 2, 3, 5 y 8 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales es una evidencia de tal poder del Juez.

Sin embargo, al ejercerse la acción puede fingirse un interés procesal, o éste puede existir y luego perderse, por lo que no era necesario para nada la intervención jurisdiccional.

En ambos casos, la función Jurisdiccional entra en movimiento y se avanza hacia la sentencia, pero antes de que ésta se dicte, se constata o surge la pérdida de interés procesal, del cual el ejemplo del bien asegurado es una buena muestra, y la acción se extingue, con todos los efectos que tal extinción contrae, muy disímiles a los de la perención que se circunscriben al procedimiento.

Dentro de las modalidades de extinción de la acción, se encuentra –como lo apunta esta Sala – la pérdida del interés, lo cual puede ser aprehendido por el Juez sin que las partes lo aleguen, y que tiene lugar cuando el accionante no quiere que se sentencie la causa, lo que se objetiviza mediante la pérdida tal del impulso procesal que le corresponde.

Se trata de una situación distinta de la perención, donde el proceso se paraliza y transcurre el término que extingue la instancia, lo que lleva al juez a que de oficio o a instancia de parte, se declare tal extinción del procedimiento, quedándole al actor la posibilidad de incoar de nuevo la acción. El término de un año (máximo lapso para ello) de paralización, lo consideró el legislador suficiente para que se extinga la instancia, sin que se perjudique la acción, ni el derecho objeto de la pretensión, que quedan vivos, ya que mientras duró la causa la prescripción quedó interrumpida…

(Omissis)

…Pero la inactividad que denota desinterés procesal, debido a su prolongación negativa en relación con lo que se pretende, debe tener otros efectos, ya que el derecho de obtener con prontitud la decisión correspondiente (artículo 26 constitucional), como tal derecho de la parte, debe ejercerse.

No estableció ni la constitución ni los códigos adjetivos, el tiempo y la forma para ejercer el derecho a la pronta obtención de la decisión, pero ello se patentiza con las peticiones en el proceso en ese sentido, después de vencidos los plazos para sentenciar, o como se apuntó en el fallo de esta sala del 28 de Julio de 2000 (caso: L.A.B.) mediante la interposición de un amparo constitucional, cuya sentencia incide directamente sobre el proceso donde surge la omisión judicial…

La pérdida del interés procesal que causa la decadencia de la acción y que se patentiza por no tener el accionante interés en que se le sentencie, surge en dos claras oportunidades procesales. 1.- Cuando habiéndose interpuesto la acción, sin que el Juez haya admitido o negado la demanda, se deja inactivo el juicio, por un tiempo suficiente que hace presumir al Juez que el actor realmente no tiene interés procesal, que no tiene interés en que se le administre justicia, debido a que deja de instar al tribunal a tal fin. 2.- La otra oportunidad (tentativa) en la que puede decaer la acción por falta de interés, es cuando la causa se paraliza en estado de sentencia, como el caso de marras. Tal parálisis conforme a los principios generales de las instituciones, no produce la perención, pero si ella rebasa los términos de la prescripción del objeto de la pretensión, sin que el actor pida o busque que se sentencie, lo que declara y objetivamente surge es una pérdida del interés en la sentencia, en que se componga el proceso, en que se declare el derecho deducido.

El cinco (05) de mayo de mil novecientos ochenta y nueve (1989), el demandado (accionante en apelación), se presentó ante el Juzgado de los Municipios Urbanos del Distrito Valencia de la Circunscripción Judicial del Estado Carabobo, a los fines de practicar un nuevo avalúo, ordenado por el Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, Penal, del Tránsito, del Trabajo y de Menores de la Circunscripción Judicial del estado Cojedes. Asimismo se observa, que el demandante en fecha dos (02) de octubre de mil novecientos noventa (1990), solicitó la devolución del original del documento de propiedad del vehículo marca: Ford, modelo: Del Rey, placa: MDS-316, color: Bronce (folio 47), lo cual fue acordado por el Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, Penal, del Tránsito, del Trabajo y de Menores de la Circunscripción Judicial del estado Cojedes, en fecha cuatro (04) de octubre de mil novecientos noventa (1990), por lo que, hasta la presente fecha, no cursa en las actas procesales actuación alguna realizada por las partes que evidencie un interés sobre las resultas del juicio.

En virtud de ello, se deduce, que es indiscutible que tanto la abogada D.M.Á.d.M., actuando en su carácter de apoderada judicial del ciudadano O.E.O.H., titular de la cédula de identidad Nº V-3.752.905, así como el demandado, ciudadano E.O.R.O., titular de la cédula de identidad Nº V-7.067.505, no quiere que sentencien el presente juicio, por ello, no accionan al órgano jurisdiccional para este fin, ni ejercen una acción disciplinaria por denegación de justicia, ni piden en la causa que le fallen. No es que el Tribunal va a suplir a una parte la excepción de prescripción no opuesta y precluida (artículo 1.956 del Código Civil), la cual sólo opera por instancia de parte y que ataca el derecho del demandante, sino que como parámetro para conocer el interés procesal en la causa paralizada en estado de sentencia, toma en cuenta el término normal de prescripción del derecho cuyo reconocimiento se demanda.

En la misma sentencia (Nº 956, caso Valero Portillo, bajo la ponencia del Magistrado Jesús Eduardo Cabrera Romero), la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, estableció:

Omissis

…Es cierto que es un deber del Estado, que se desarrolla por medio del órgano jurisdiccional, sentenciar en los lapsos establecidos en la ley, que son los garantes de la justicia expedita y oportuna a que se refiere el articulo 26 constitucional.

Es cierto que incumplir tal deber y obligación es una falta grave, que no debe perjudicar a las víctimas del incumplimiento; pero cuando tal deber se incumple existen los correctivos, que los interesados soliciten se condenen a los jueces por el delito tipificado en el artículo 207 del Código Penal, a causar denegación de justicia que funda una sanción disciplinaria o la indemnización por parte del juez o del estado de daños y perjuicios (articulo 838 del Código de procedimiento Civil y 49 constitucional); y en lo que al juez respecta, además de hacerse acreedor de todas esas sanciones, si el Estado indemniza puede repetir contra él. La parte que trata por todos estos medios de que el juez sentencie, está demostrando que su interés procesal sigue vivo, y por ello al interponerlos debe hacerlos constar en la causa paralizada en estado de sentencia, por falta de impulso del Juez. Es más, el litigante que ha estado vigilando el expediente y que lo ha solicitado por si o por medio de otro en el archivo del tribunal, está demostrado que su interés en ese juicio no ha decaído…”

Luego, la Sala Constitucional en esa sentencia distingue la institución procesal de la perención, del decaimiento de la acción por falta de interés procesal. Finalmente, dentro de las distinciones anotadas, también es de sumo interés establecer las diferencias entre suspensión y paralización del procedimiento, con arreglo a lo dispuesto en el artículo 14 del Código de Procedimiento Civil y como una expresión de la facultad directora del proceso a cargo del Juez, si bien es cierto que el Juez debe impulsar de oficio el procedimiento hasta su conclusión, excepto cuando el esté suspendido por algún motivo legal, caso en el cual, el Juez pierde la facultad oficiosa antes anotada, lo que quiere decir que la causa entra en estado de latencia o especie de “sueño invernal”, mientras dure el término legal de suspensión, que verificado, exista o no impulso de las partes, continuará automáticamente, tal como lo prevé el parágrafo primero del artículo 202 eiusdem.

Aplicando la normativa procesal señalada y el precedente vinculante del M.T. de la República, en concordancia con las máximas fijadas por la Sala de Casación Civil, a la presente causa, debe concluirse, que mal podía esta Juzgadora declarar perimido el procedimiento de acción de Cobro de Bolívares derivado de Accidente de Tránsito y a la vez, dictar una sentencia condenatoria en base a las actas procesales, sin que se violentaren todas las formalidades esenciales que integran el debido proceso y el derecho a la defensa.

Es imperioso destacar, que de las actas procesales se desprende a todas luces una falta de interés en las partes; razón por la cual, quien suscribe, debe declarar el decaimiento de la acción. Así se decide.

Ahora bien, en virtud de haber transcurrido veintiún (21) años y cuatro (4) meses, desde el momento en que diligenció por última vez la parte accionante en apelación, hasta la presente fecha, sin que demostrara interés procesal alguno en dicha causa, este Juzgado Superior, acogiendo el criterio jurisprudencial reiterado por nuestro M.T.d.J., Sala Constitucional y la Sala de Casación Civil, relativo al decaimiento de la acción cuando se trata de falta de interés procesal que se acciona a través del recurso de apelación, siendo este uno de los caracteres principales para la procedencia y continuidad de la pretensión, pues el mismo es un medio restablecedor de situaciones jurídicas infringidas, relacionadas directamente con el goce y ejercicio de derechos y garantías constitucionales, considera, que en el caso de autos, ha cesado la amenaza o situación jurídica denunciada en la presente demanda, en virtud de encontrarse la causa sin actividad de las partes por más de veintiún (21) años.

En atención a lo expuesto, esta Juzgadora observa, que lo procedente es declarar el abandonado del trámite correspondiente a la demanda por Cobro de Bolívares derivado de Accidente de Tránsito y, en consecuencia, la terminación del procedimiento, lo que evidentemente, implica el decaimiento de la acción. Así se declara.

En consecuencia, en cumplimiento a los principios constitucionales relativos al debido proceso, el derecho a la defensa, igualdad de las partes, celeridad y economía procesal, previstos en nuestra Carta Magna, así como en nuestro ordenamiento jurídico, y conforme ha sido establecido en sentencia de fecha 14 de febrero de 2002, dictada por la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo (caso Banco Central de Venezuela) y sentencia dictada por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en fecha 18 de febrero de 2003 (asunto N° 02-0827), mediante las cuales se ha establecido el criterio relativo al decaimiento de la acción por falta de interés e impulso procesal, en virtud de la inactividad indefinida de las partes, deberá declararse el decaimiento por la pérdida de interés en la presente demanda. Así se decide.

III

DISPOSITIVA

En mérito de las consideraciones precedentemente expuestas, este Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, Bancario y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Cojedes, en nombre de la República y por autoridad de la Ley, declara: Primero: EL DECAIMIENTO DE LA ACCIÓN en la presente demanda por Cobro de Bolívares derivado de Accidente de Tránsito, seguida por el ciudadano O.E.O.H., contra el ciudadano E.O.R.O.. Segundo: En virtud del auto de fecha quince (15) de marzo de dos mil cinco (2005), dictado por este Juzgado Superior, se ORDENA la notificación de las partes intervinientes en el presente juicio, conforme a lo previsto por el artículo 174 del Código de Procedimiento Civil, y una vez que conste en autos las mismas, comenzará a correr el lapso para que las partes ejerzan los recursos correspondientes.

Publíquese, regístrese, notifíquese, déjese copia y remítase el expediente a su tribunal de origen en su debida oportunidad.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho del Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, Bancario y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Cojedes. En San Carlos, a los dieciséis (16) días del mes de septiembre del año dos mil diez (2010). Años: 200º de la Independencia y 151º de la Federación.

Abg. M.B.M.S.

Jueza Provisoria

Abg. M.N.R.R.

Secretaria

En la misma fecha se publicó la anterior sentencia, siendo las dos horas y cincuenta y cinco minutos de la tarde (2:55 p.m.) y se libraron boletas de notificación.

La Secretaria

Interlocutoria (Civil)

Exp. N° 0003

MBMS/MRR.

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