Opio del siglo XXI

El deterioro y la des-trucción del país, en estos 14 años de fallidos intentos, negli gencia y caos propiciado desde el poder, tienen orígenes no visibles para quienes sufrimos las consecuencias. Al parecer, no todos ven lo mismo en el espejo del país. Un buen número de venezolanos, que sufre o percibe la inoperancia de servicios públicos, fallas de luz, improvisación en las escasas obras públicas, desplome de infraestructuras, desbordamiento de ríos, delincuencia, corrupción, narcotráfico y otras tragedias, aún no ve la relación entre el mal gobierno y esos males. Ese sector de venezolanos ve un espejo opaco. No logra asociar las causas con las consecuencias. No logra entender que el origen de tanto deterioro está en la segregación política, la priorización de la agenda política por encima de la gestión de gobierno y la baja competencia de funcionarios. Nuestro paisaje es de apago nes y, el universo construido del país está plagado de roturas de tuberías madre, hundi mientos de vías, puentes que se desploman, lagos que se desbordan, refinerías que se incendian o explotan, hospitales precarios o en eterna remodelación. Agobian servicios de aseo urbano que no asean y teléfonos que no funcionan; el servicio de correo no existe y los aviones nunca parten ni llegan a la hora prevista; las carreteras son un riesgo de huecos y malandros. El Metro de Caracas es boceto borroso de lo que fue y otros sistemas de transporte masivo no terminan de construirse. La única cifra en aumento es la de personas muertas o secuestradas por una delincuencia asesina que reina impune. Todos vemos esa cotidiana degradación de nuestras vidas y del espacio que habitamos, pero, insólitamente, no todos ven la responsabilidad del Gobierno en esa realidad agobiante. La infinita biodiversidad del país también sufre procesos de deterioro. Ríos se han secado o sufren contaminación, humedales urbanizados, bosques en retirada, corales reducidos, crecimiento de médanos y desiertos disminuyen las especies botánicas y de fauna, mueren animales en cautiverio en zoológicos y acuarios. El lago de Valencia desborda sus aguas contaminadas, y el lago de Maracaibo, cada vez más eutroficado por enfermedad evitable. Y el sistema de parques nacionales y áreas protegidas está a la deriva, y campea la anarquía de actividades humanas...

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