El orgasmo surge con complicidad psicológica y sensorial

Alejandra se va a casar dentro de tres semanas, y lo menos que le preocupa es la lista de los invitados o la logística de la boda, sino un secreto que, incluso, ha ocultado al mismo Javier: no está capacitada para tener orgasmos. Las veces que ha hecho el amor con su novio, finge con tal destreza el instante del clímax que dice que supera a Meg Ryan en Cuando Harry conoció a Sally , la comedia de Ryan y Billy Cristal, y cuya célebre escena en el restaurante figura como leyenda del cine.El orgasmo, es decir, el clí max y culminación máxima del deseo sexual, es más complejo en las mujeres, señala la psiquiatra colombiana Gemma López, al explicar que se trata de un reflejo que se logra a través del estímulo y que, para alcanzarlo, se requiere de una laboriosa complicidad psicológica y sensorial.La especialista afirma que cuando la disfunción se torna frecuente se le denomina anorgasmia o falta de orgasmo, y se define como la inhibición recurrente y persistente del orgasmo, manifestada por su ausencia tras una fase de excitación normal. Un tipo específico de anorgasmia situacional muy frecuente es la coital, que hace referencia a las mujeres que son incapaces de conseguir el orgasmo durante el coito, aunque sí lo consiguen con otros tipos de actividad sexual caricias, estimulación del clítoris, masturbación.Ni pocos ni muchos. Se trata de un tema viejo. Freud en sus estudios hablaba de dos tipos de orgasmos: el clitoriano y el vaginal. Pero en los últimos años ha comenzado a aparecer la concepción de que ambos son en realidad uno solo al conseguirse, durante la penetración...

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