Un país hecho pedazos

¿Vuelve la crisis eléctrica? Los indicios abundan. Sólo durante esta semana, apagones en Nueva Espar ta, Portuguesa, Táchira y Falcón, y nuevo colapso del Metro de Caracas. Estos sucesos desmienten bien a las claras a los voceros oficiales que hace menos de una semana anunciaron que la reciente emergencia eléctrica había sido superada. Un falso optimismo que el ministro Alí Rodríguez Araque se sintió obligado a matizar. Si bien enfatizó en que el Gobierno había restablecido 1.033 megavatios del sistema eléctrico nacional, añadió que se estaba tramitando la compra de energía a Colombia mientras se resuelve el problema. Por supuesto, no aclaró a qué problema se refería, ni su magnitud ni mucho menos de cuánta energía por comprar al Gobierno colombiano hablaba. La enigmática razón de esta sinrazón nos la ofreció este diario en su edición del pasado viernes: No se hicieron las obras para superar la emergencia eléctrica. Obras para las que teóricamente iban a destinarse 15 millardos de dólares. Algo muy parecido ha ocurrido en la industria petrolera. Tras años de negar las cifras de producción y exportación de crudos que registran los irrefutables informes de la OPEP y de la Agencia Internacional de Energía, a Pdvsa ya no le ha quedado otro remedio que admitir la debacle. Se reconoce al fin que la producción es mucho menor que la pregonada a los cuatro vientos por Rafael Ramírez, y que las exportaciones a Estados Unidos, prácticamente el único cliente de Venezuela que paga el precio real del mercado y además al contado, siguen declinando peligrosamente. Mientras tanto, la deuda que Venezuela debe pagar a China con petróleo a futuro y precios muy preferenciales, ha crecido de manera alarmante y alcanza hoy el astronómico monto de 28 millardos de dólares. Por su parte, a Hugo Chávez se le ha cansado el dedo de tanto querer tapar el sol contrarrevolucionario de la corrupción. De poco le ha servido el esfuerzo. Poco antes de emprender su último y costoso viaje al sur del continente denunció que ese impúdico cáncer se había infiltrado en las filas de su partido Socialista Unido de Venezuela. Y que así, bramó, la revolución no iba a ninguna parte. Estos son apenas tres hechos concretos de lo que bien podríamos llamar el desmantelamiento sistemático de Venezuela. El paraguas protector de este afán por demolerlo todo ha sido el cuento de cerrar filas en torno al proyecto de convertir a...

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