El crepúsculo de las palabras

Si sufres de presbicia, pero disfrutas ese excesivo enfoque que dan los anteojos, es tarás viendo palabras y solo palabras, como el ganado que a la hora de almorzar solo percibe hectáreas de paja.Paco Vera contaba que las vacas poseen una insospechada arma mortal, pues los bordes de sus lenguas son capaces de cortar el áspero monte con la eficiencia de un machete. Una lamida con el ángulo de rasgar podría hacer mucho daño; pero la vaca solo sabe morder y dar patadas. En esto pensaba al preguntarme: ¿Tendrá el lenguaje poderes secretos que desconozco? Ocurre que últimamente ando comiendo paja por los potreros de mi patria, sin que mis palabras tengan el más mínimo efecto.Estos mismos sembradíos de texto con caracteres tan bien dispuestos y obedientes, no creo que luzcan intimidantes.Los jeroglíficos tenían ventajas a la hora de impresionar al lector, no solo por incluir amenazadores ideogramas con formas de cocodrilos y lanzas, también cambiaban de pronto la escala introduciendo signos descomunales. Nosotros nos regimos por una uniformidad que solo Mallarmé y otros pocos poetas se atreven a violar.Las variantes de letras y líneas que forman graciosos dibujos hoy solo se dan en perfumadas cartas de amor y algunos grafitis enardecidos.De los costosos papiros ya he mos pasado más allá del papel periódico que al día siguiente limpia vidrios con vinagre. Durante una época la humanidad valoraba lo impreso y era difícil encontrarlo; hoy hace falta filtrarlo, guarecerse de torrentes como el que ahora tienes al frente. El malvado archidiácono de Nuestra Señora de París, después de señalar la catedral de Notre Dame, pone un dedo sobre una Biblia impresa y proclama: ¡Esto matara aquello!.Las fachadas de las iglesias ya no serían más el texto que informaba al pueblo, pues las sagradas escrituras se habían hecho asequibles. ¿Hoy qué está muriendo y qué está naciendo? Quizás la palabra de Dios ya no quita los pecados del mundo porque su sustento es demasiado etéreo y veloz. Las palabras están de paso, sin tiempo de reposo entre las preguntas y las respuestas, entre lo reciente y lo instantáneo. Se pisa un botón y todo aparece, o se esfuma.Hace más de diez años recibí una llamada de un programa de radio. Me preguntaban qué pensaba de la literatura venezolana. Apenas comencé una timorata explicación sobre cómo la política estaba...

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