Palabrotas

No cabe duda de que el proceso de degradación que comenzó cuando el Coba criollo, siendo candidato, anunció que iba a freír la cabeza de adecos y copeyanos se ha acelerado y ha alcanzado una velocidad vertiginosa. No sólo abarca la economía y la infraestructura, sino las relaciones de convivencia, la moral y el lenguaje. Lo peor y lo más grave es la manera como la sociedad lo acepta y lo asume como lo propio, mientras que las pocas quejas son aplastadas y sepultadas. Al imponerse el estilo cuarte lero y barriobajero, la gente común utiliza las palabras propias del insulto y de la exclusión para todas las tonalidades de las relaciones humanas. Sólo la manera de decirlas, su inflexión, énfasis, musicalidad, tono, volumen y hasta la manera de poner los ojos pueden separar una de esas palabrotas que ruborizan hasta al portero del antro más orillero de la comarca de una expresión de cariño entre dos estudiantes universitarias. Las he escuchado decirse maricas Ây no por el nombre del insecto con ese nombre entre ellas con la misma naturalidad con que sus congéneres varones se dicen ebón cada tres palabras que pronuncian. Funcionarios de importantes puestos públicos tuvieron en la germanía Âcuando todavía llamaban proceso a lo que ahora denominan con pudor construcción del socialismo y que dentro de poco impondrán como comunismo una manera de ir derribando las débiles resistencias de la sociedad en cuanto al buen uso del lenguaje. Toda dominación comienza...

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