El pan del diablo

Dicen en Brasil que aquel que sufre de continuas angustias, del acoso de interminables problemas, inclemencias del destino y ve cada día un nuevo justificativo para preguntarse ¿Por qué yo, por qué a mí? es que ha comido pan amasado por el diablo.Nuestro sufrido pueblo ha re cibido otro embate del corrupto tirano que bien podríamos denominar la operación o misión pan amasado por el diablo o simplemente Pan del Diablo.Ya cansado de imposiciones absurdas en la cadena de producción y distribución de los alimentos, el pobre soberano recibe otra dosis de medidas que al medrar con la micro empresa, conseguirá sin duda alguna la pronta desaparición de otro producto cuya cotidianidad es tan universal que hasta en las oraciones pe dimos a Dios que nos de la porción diaria.El Pan del Diablo intenta, no sabemos si de primera intención o simplemente como una consecuencia prevista del funesto plan, la anulación de las panaderías como sitio de reunión, de tertulia que es lo tradicional en nuestra patria. El cafecito con el desaparecido periódico, el crujiente cachito, el otrora desayuno, las balas frías y los pastelitos han ido desapareciendo de sus barras y durante un tiempo no muy largo se servirá media canilla o un cuarto como alternativa.El problema se complicará al realizar la acumulación de pérdidas en el establecimiento y colme la paciencia de los héroes de la producción que finalmente tirarán la toalla y bajarán la Santa María.Preparémonos para una Na vidad sin pan de jamón...

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