Paquetazo socialista

Cada día se avanza más en la construcción del socialismo a la cubana, que distinto del arroz con ese nombre, que consta de dos yemas fritas, arroz blanco, papas fritas y tajadas al gusto, se refiere más a un estercolero que a un sistema político económico capaz de garantizar la mayor suma de felicidad. Desconozco, como el resto del país, hasta qué página ha leído el Coba criollo de El capital, pero estoy seguro de que aunque se lo lea dos veces y hasta tres el desastre que perpetra contra la economía venezolana sólo podrá ser igualado con la hambruna que dejó el colectivismo del padrecito Stalin y con el gran salto hacia delante de ese timonel del crimen y la prevaricación que fue Mao Tse-tung. La intención no es convertir a la población activa en productiva sino en mendicante, dependiente del Estado para su supervivencia. En cualquier momento podemos ser sorprendidos con la cartilla de racionamiento, que será medida en kilocalorías, como le gusta ufanarse al ministro Juan Carlos Loyo y al gerentecomisario-caporal del antiguo y destruido hato El Frío Aníbal Espejo. Sometidos a las falsas enseñanzas socialistas que impuso el régimen soviético, Cuba devino no en un país feliz sino en una vergüenza. Sus líderes se entregaron en cuerpo y alma, y también cedieron su soberanía, la territorial y también la política. Al cabo de cincuenta años, lo único que ha proliferado en la isla es la indigencia y sus...

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