La pared de agua

Las imágenes de un tsunami en acción, destructivo y devastador Âcomo los de Indonesia y JapónÂ, tomadas desde el aire y también tierra adentro nos han dejado atónitos y estupefactos. Los medios de comunicación social a escala global entraron en acción para explicar el fenómeno en todas sus facetas y mostrar su etapa final en pleno desarrollo, por lo demás, la más dramática. Información básica relativa a sus características fue transmitida a los lectores y audiencia en general; y esto ha despertado el interés del gran público por estos eventos naturales desastrosos. Los océanos y sus mares están sometidos a perturbaciones mecánicas, como las producidas por las inofensivas mareas, debido a la atracción gravitatoria de la Luna, o por las olas superficiales, destructivas o no, producidas por vientos tormentosos, huracanes, etc., o brisas, vientos alisios, etc. Pero cuando al mar le entra un asteroide por arriba o le sacuden fuertemente el piso por debajo, en todas direcciones, como en un maremoto, la cosa es mucho más violenta. En este último caso, el movimiento sísmico le entrega al mar una ingente cantidad de energía mecánica en el hipocentro, el cual está a una cierta profundidad marina H. El mar, por ser un medio líquido, responde en ese sitio produciendo deformaciones, perturbaciones de su perfil vertical total u ondas, las cuales salen empujadas horizontalmente con una cierta velocidad y energía. La energía que coge el agua es una, pero la velocidad con que se propaga la perturbación es variable. En la transmisión de la perturbación o energía no hay transporte de masa de agua; si fuera así, el tsunami echaría sobre la costa cualquier cantidad de barcos y cosas flotantes, pero esto no es así. De hecho, la deformación superficial del mar es pequeña y quizá casi imperceptible. Lo que es descomunal es la pared o frente de onda, de profundidad H...

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