La parrilla de César Miguel

César Miguel Rondón tiene fama de ser el mejor maestro parrillero, y, para demos trarlo, el año pasado invitó a un grupo de amigos a pasar la Semana Santa en una casa bellísima que tiene en Chichiriviche.Llegando, comenzó mi calvario.--¡Claudio y Tania quedan en el mismo cuarto! senten ció César Miguel.--¿Y no me puedo quedar con Gaby Espino? --No. Y apúrense que los dos van a hacer las compras.La carnicería, en aquel tierre ro y en aquel calorón, quedaba lejíiisimo.11:45 am. Flor Alicia, la espo sa de César Miguel, había dicho que el almuerzo era temprano.Cundió el pánico. Se estaba haciendo tarde. Suena el celular.Era Flor Alicia: --¿Saben cosa fea?, que lle guen los invitados y ustedes entren con el corotero.Mientras, en la casa, el apues to baterista Adolfo Herrera afinaba los cueros.--¡Cállate, Adolfo, que es toy escribiendo un poema para Mariaca! gritó Leonardo Padrón.Por fin, sudados y cansados, llegamos a la casa.--¡Yo sabía que si ibas con Ta nia tardarían más! ¡Seguro que estaban echando chistes y todavía ni siquiera se han prendido los carbones! Encendiendo carbones todo el mundo es un experto: Jorgita Rodríguez ponía servilletas prendidas, Gledys Ibarra soplaba y soplaba. Y los malditos carbones ¡nada que prendieron! A eso de las 2:00 de la tarde, desesperado por el hambre y el calor, logré encender los carbones. Me trataron como si yo fuera el...

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