El Partido Militar

Chávez cambio el rumbo de las fuerzas armadas al convertirlas en un partido políti co, el más fuerte y decisivo del país. Las tesis sobre la tríada caudillo-ejército-pueblo hilvanadas por el viejo antisemita e ideólogo de Chávez, Norberto Ceresole, germinaron para darle estructura a la montonera que era la llamada revolución bolivariana. El eje del proceso no fue ni el MVR, ni el Polo Patriótico ni tampoco el PSUV, sólo el Partido Militar.Maduro está sentado en las bayonetas. Quebrantó la admonición de Talleyrand sobre el verdadero papel de las armas: sirven para la política, pero no son la política. El heredero ha terminado sostenido por las brigadas antimotines de la Guardia Nacional y de la Policía Nacional. No hay cristiano que se conozca que espontáneamente le brinde apoyo. El Partido Militar ha ejercido el poder. Sus miembros han ocupado espacios en el Estado más allá de su ámbito profesional; el lenguaje, la narrativa, los personajes y los métodos militares han desfigurado la civilidad nacional.Hasta en opositores chorrea la narrativa castrense.Pero el jefe del Partido Mi litar murió y sigue muerto.Hasta su nombre se esfuma y ha quedado como palabra-có digo para evocar vagamente una historia. El Partido Militar quedó sin conducción y los factores profesionales que en su seno estaban a la defensiva, han retomado la presión silenciosa y efectiva con el rumor, el gesto y la convicción institucional...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR