Pasamos demasiado tiempo concentrados en lo malo

Cuando ocurrió el accidente que dejó atrapados a 33 mineros chilenos a más de 700 metros de profundidad, en octubre de 2010, el desierto de Atacama, uno de los más áridos del mundo, estaba a punto de florecer. Es un fenómeno raro, que no ocurre siempre. Una vez cada tanto, dice Claudio Ibáñez, director ejecutivo del Instituto Chileno de Psicología Positiva, que ayer compartió con el público venezolano la charla Las claves de la felicidad basada en la psicología positiva. Para el especialista, la coincidencia entre el derrumbe de la mina y el florecimiento del desierto de Atacama es una metáfora de cómo se puede manejar exitosamente una situación de alta tensión emocional. La tragedia de los mineros no impactó sólo a los chilenos, sino también a todo el mundo. Por eso es un excelente caso para el estudio de la psicología positiva, explicó Ibáñez, quien fue parte del grupo de expertos que participó en el rescate de los 33 trabajadores. Pasaron 17 días antes de que pudiéramos recibir una señal de que estaban vivos. Finalmente, llegó el testimonio que conmovió al mundo, la nota que decía `Estamos bien en el refugio los 33?. Hasta ese momento, los cálculos más esperanzadores decían que había 2% de probabilidades de encontrarlos con vida, contó. Allí comenzó Ibáñez a docu mentar una serie de hechos curiosos. Cuando confirmamos que habían sobrevivido, la gente que se había mostrado pesimista, en lugar de cambiar de actitud construía un nuevo argumento: `¡Deben estar muy mal!?, o `No creo que puedan aguantar hasta que los rescaten?, eran de los más sonados, recuerda. Contrariamente, cuando se estableció el primer contacto telefónico con los mineros, estos se mostraron increíblemente felices y esperanzados. El equipo de rescatistas y psicólogos documentaron, incluso, una buena cantidad de chistes que los mineros escribían en cartas para sus familias. Su ánimo y el foco que man tuvieron en el hecho de que no sólo habían sobrevivido, sino que además estaban sanos y sin heridas de consideración, fue lo que los ayudó a aguantar la espera. A eso llamamos resiliencia, la capacidad de afrontar una situación difícil con emociones positivas, explicó. Ibáñez hizo un recuento de ejemplos similares, entre los que incluyó el llamado Milagro de los Andes, el grupo de deportistas uruguayos cuyo avión se...

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