A un paso de la meta

Cuando veníamos en el autobús, después de las dos derrotas, escuché a los muchachos hablando de volver a Puerto La Cruz. Los oía hablar de barrer en Caracas y, en ese momento, me calmé.Sabía que mis muchachos no se iban a quitar del reto, contó Néstor Salazar, técnico de Cocodrilos, luego de que su equipo venciera por tercera noche corrida a Marinos en la capital, lo que colocó la serie final 3 por 2 a favor de los saurios.El deseo de los jugadores se convirtió en una realidad. Pero no se le debe acreditar la barrida sólo a la ventaja de jugar en casa. En cualquier gimnasio, sea en Caracas o en Tokio, a Marinos le iba a costar hacerle frente al ajuste defensivo que hizo Cocodrilos después de las dos derrotas que sufrieron en Anzoátegui.No son el mismo equipo, reconoció Gregory Vargas, base del Acorazado, que cometió 4 de las 15 pérdidas de su equipo.Cocodrilos evitó que los pri meros pases de Marinos tuvieran receptores libres. Fueron acuciosos en bloquear los caminos de Vargas hacia el aro.Y cerraron cada espacio de libertad para los lanzadores navales.Y, como dice Salazar, uno que no se quitó del reto fue Carl Elliott. El estadounidense volvió a ser el mismo de otras temporadas en la serie de tres partidos en el Naciones Unidas.Ayer, con 36.2 segundos por jugar, el neoyorquino convirtió un triple que desató un estallido de emociones en el repleto escenario. El canasto le dio ventaja 70 por 64 a Cocodrilos y lo demás fue jugar...

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