Pecados capitalinos

U n manso elevado fue el final de Leones del Caracas en la temporada 2016 2017. Sin querer ese batazo al jardín central, atrapado por un alegre guante de Bravos de Margarita, hizo una parábola similar a los melenudos: llegó a lo más alto del cielo, como lo hizo el equipo con el favoritismo en las hipótesis, y comenzó a caer a gran velocidad para simplemente terminar en nada.Desde el 18 de octubre comen zó la agonía, cuando los capitalinos aterrizaron en los últimos tres puestos de la tabla. De allí no saldrían nunca más, a pesar de algunos picos de buen rendimiento. El 15 de noviembre compartieron el foso con Tigres de Aragua.El pitcheo no le funcionó. Si bien hubo una mejora en las últimas tres semanas, fue tan empinada la crisis de lanzadores que sin contar el juego de anoche todavía tenían una efectividad de 4.63, la segunda peor del circuito.El bateo, su arma fuerte en el primer mes, mermó. Ayer amanecieron con .270 de average cuando había hombres en posición anotadora. Pero el verdadero mal fue la defensa. En 62 encuentros el Caracas cometió 75 marfiladas, cifra tope en la liga. De hecho, la debacle definitiva fue un error del lanzador Jesús Pirela en un decisivo enfrentamiento contra Águilas del Zulia. Al sumar todos los departamentos se encuentran pecados capitales, sin contar los problemas que se ventilaron entre un grupo de jugadores y el cesanteado manager Alfredo Pedrique.Cuando no hay química en tre el cuerpo técnico y el plantel de jugadores es difícil ganar.Fue pública la inexistencia de ese necesario acoplamiento, explicó Luis Ávila, presidente del club, en una entrevista con El Nacional. El pitcheo a principios de...

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