Pecados y pecadores

La Iglesia Católica, con sus dos milenios de sabiduría, resume las malas acciones, palabras y pensa mientos de los seres humanos en un solo vocablo: pecado. Esto le ha permitido identificar a lo largo del tiempo en dónde se aloja el mal y a quienes considera malhechores. Con la crítica racional a la religión y la puesta en duda de sus verdades se perdió esa certeza, así como la asimilación entre herejes y pecadores. Diversas sectas y escuelas, cada una con sus aspirantes a profetas, intentaron definir el mal por su cuenta con escaso éxito. A falta del concepto de pecado, las maldades se fueron multiplicando sin que se pudiera decir qué tenían en común. En la vida pública, o política, la maldad se repartió entre retrógrados y subversivos; en la económica, entre explotadores y comunistas; en la religiosa, entre supersticiosos y ateos; en la vida privada, entre disolutos y homosexuales. Según los imaginarios de cada época, se le endilgaba al enemigo el calificativo correspondiente y esto bastaba para descalificarlo. En Venezuela y América Latina, ladrón, militarista, homosexual, comunista, gorila, corrupto, narcotraficante y terrorista han sido sucesivamente las expresiones más utilizadas. Tanto, que se ha devaluado su impacto denigratorio y peyorativo y ya no basta con nombrar una sola para descalificar plenamente al adversa rio. El villano debe acumular varios defectos para que pueda ser apabullado. Por ello, el oficialismo inten ta atribuir todo tipo de cargos al candidato presidencial de la unidad. Comenzó con epítetos infantiles: majunche, bobo, señorito. Después utilizó municiones más gruesas: lacayo, mariconsón, imperialista, cobarde, más los tradicionales burgués y contrarrevolucionario. De seguir la tendencia, pronto vendrán acusaciones de ladrón, abusador e instigador de la violencia. Y, a medida que el candidato del Gobierno se sienta más débil, es de prever que se le añadan pecados cada vez más horrendos al de la oposición. Por su parte, los personeros de la unidad, ante la posibilidad de que el candidato enfe rmo del oficialismo deba...

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