Pedro Tagliafico relee sus obras de los años setenta

Pedro Tagliafico observa atento la instalación de las obras de su exposición más reciente en una de las salas de Oficina #1. Sonríe. Son piezas con las que ha hecho un largo recorrido, que lo han acompañado por alrededor de cuatro décadas. Algunas atestiguan el paso del tiempo: las elaboradas con tela lucen amarillentas, envejecidas. El conjunto fue creado por el artista durante sus residencias en ciudades de Europa como Londres, Berlín, París y Roma.En la década de los setenta, el creador encontró un lenguaje propio, el que lo caracteriza: se alejó de sus inicios constructivistas y geométricos, abandonó por completo el color y se adueñó de los grises, del grafito como hilo conductor, de la retícula; y de técnicas como el esfumado y el frottage.Tagliafico se ilumina al revivir esos años. Todo se daba de forma natural y yo era feliz. Expuse piezas en muchas galerías europeas, pero no pasaba nada, no vendía. Creo que estaban fuera de contexto en ese momento.Ahora sí despiertan mucho interés porque pasaron muchos años. Así es el arte. Seguro pasará lo mismo con mi obra actual, y será reconocida cuando esté enterrado, expresa.El artista define la exhibición como una relectura de su obra de los años setenta, concebida para todo público, pero especialmente para los jóvenes. Me interesa sobre todo que vengan las nuevas generaciones, los estudiantes de arte, para que conozcan lo que se hizo en esta época en la que creadores como Antonieta Sosa, Héctor Fuenmayor, Eugenio Espinoza y Roberto Obregón trabajaron en...

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