Pedro Terán revela el cuerpo del arte

El cuerpo del artista no se puede desligar de su obra. Pedro Terán se dio cuenta de ello a principios de los años setenta, cuando junto con creadores como Antonieta Sosa y Diego Barboza se adentró en una nueva tendencia del arte, quizás la espina dorsal del conceptualismo, al menos en aquel entonces: el performan ce. Una revisión de sus aportes durante esa época propone la individual que le dedica la galería Henrique Faría Fine Art en Nueva York. Allí exhibirá la pieza La tela, de 1977, que Henrique Faría define como su obra seminal. Fue expuesta hace varios años en Periférico Caracas. Está integrada por 13 fotografías fijadas sobre una tela que, según la descripción del galerista, se desdobla gradualmente hasta que se convierte no sólo en cobertura sino también en parte del cuerpo del artista. Con este gesto, Terán desafía y cuestiona los límites entre la obra y el cuerpo del artista, entre el arte y la vida, señala el texto curatorial. El de La tela es el mismo concepto que Terán desarrolló hace años en La Velada de Santa Lucía, cuando cubrió varias casas con hojilla de oro. Envolver y desenvolver, tapar y mostrar son parte del juego, de la estrategia visual y de la investigación del artista. Esta característica es, probablemente, el eje conductor del trabajo que se exhibirá en la galería neoyorquina a partir de mañana, al igual que el interés por el cuerpo y por el trabajo en proceso. El cuerpo es esencial dentro de mi propuesta artística, aunque usualmente entendamos la creación de una manera muy distante, divorciada de ese ente. En realidad no es más que una extensión o huella del genio, ya sea cuando realizas un dibujo o propones una idea. Todo lo que...

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