El peligro de mover una biblioteca

Pocos como Tomás Eloy Martínez para convertir la adversidad individual en un asunto colectivo. Lo asumía como desafío de las palabras, pero al mismo tiempo marcaban la orientación de sus lecturas desde sus años de formación: Hegel primero, y después Borges, escribieron que la suerte de un hombre resume, en ciertos momentos esenciales, la suerte de todos los hombres.Tomás Eloy Martínez sintió muchas veces que las desesperaciones de sus personajes lo alcanzaban de manera irremediable y mordían sus talones.Él, que era uno de los periodistas más deslumbrantes de la lengua española, falleció en 2010 y lo paradójico es que aún hoy existen realidades que parecieran perseguirlo como una sombra de su literatura.Siempre sintió que la cons trucción de una biblioteca personal estaba marcada por el signo de la mala suerte. Bien sea por las rupturas de sus matrimonios, por los rumbos tempestuosos del exilio, por la aparición del éxito que lo convirtió en asesor de periódicos en diferentes regiones del planeta, sus bibliotecas siempre sufrían las peores pérdidas.Sus hijos primero que nadie, y después los amigos, emprendieron la tarea de rescatar volúmenes, manuscritos, cartas, periódicos viejos y meterlos en maletas que viajaban a Caracas, Washington, Guadalajara o Nueva Jersey, para respaldar la escritura de un texto que necesitaba precisiones y referencias.Pero como ocurría con el mito de Sísifo, cuando recomponía la sombra de una biblioteca, se desvanecía con las mudanzas nuevas que otra vez desarmaban los estantes y su propia felicidad de tener siempre cerca los libros que más amaba.La biblioteca de su casa en New Brunswick, muy cerca de la universidad del estado de Nueva Jersey, Rutgers, se convirtió después de muchos años, traslados, pérdidas y recuperaciones, en la biblio teca final, la que mostraba el mejor rostro de lo que habían sido sus colecciones de libros incunables, primeras ediciones firmados por autores importantísimos, y libros de referencia que utilizaba a la hora de escribir.Lo curioso es...

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