La peor cara de la crisis

S obrevolar los campos de sembradíos en la Colonia Agrícola de Turén, estado Portuguesa, es una expe riencia desgarradora. Desde lo alto, el contraste de marrones y líneas desordenadas en varias tonalidades de verdes indica que varias hectáreas están destruidas. Algunos sembradíos se mantienen con inventarios que sus dueños prepararon con anterioridad, pero la mayoría son cosechas perdidas o ahogadas por mal drenaje como consecuencia de la siembra tardía o la escasez de recursos e insumos. La decadencia de la producción nacional es un horizonte que se extiende en cualquier dirección a la que uno mire.Desde la década de los cincuen ta, la familia de Roberto Zenere se dedica a la producción agrícola en este sector del país. Han heredado por generaciones un oficio que requiere dedicación y precisión. Son propietarios de 500 hectáreas que producen maíz, ajonjolí, frijoles y girasoles, y actualmente son testigos de una de las crisis más severas de toda la historia de la agricultura nacional.A Roberto le pertenecen 77 hectá reas en donde siembra maíz. Lo cultiva dos veces al año: en mayo para la cosecha de invierno y en noviembre para la cosecha de verano, pero recién en julio fue cuando logró terminar la siembra del primer ciclo porque no tenía todos los insumos necesarios. 15 hectáreas quedaron sin sembrar y 30 sin abono corren el riesgo de no...

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