Lo peor que puede pasar

Lo peor que puede pasar es que no pase nada, posibilidad cierta de mantener los sectores demo cráticos la rutina actual cuando el país se desploma. Está bien lo que se hace. La solicitud de auditoría integral, las impugnaciones ante el Tribunal Supremo de Justicia y las actuaciones más recientes de Capriles, pero no es suficiente. Esto no se arregla con el tiempo, ni dándole larga a episodios inaceptables. Todos sabemos los resultados formales de estas acciones indispen sables para desenmascarar al régimen ante la comunidad internacional. Nadie confía en el CNE y, aunque parezca una barbaridad, en el respeto al Derecho por parte del TSJ. Las decisiones están cantadas de antemano. No habrá sorpresas. Lo cierto es que Capriles ganó y Maduro perdió.Todo lo demás es mentira, forma parte de esta farsa grotesca.La semana pasada fue de las más decepcionantes de los últimos años. Venezuela y buena parte del continente comprobaron las limitaciones del señor Maduro para desempeñarse como presidente. No nos referimos a los vicios de legalidad de origen, ni a la legitimidad de ejercicio en el cargo. Se trata de incompetencia manifiesta, ignorancia enciclopédica y hasta falta de sindéresis en la conducta. Luego de su primer viaje a La Habana, encuentro con el poder real, emprendió un calculado recorrido por algunos países del Sur con la intención de comprar legitimidad a cambio de petrodólares y leoninos acuerdos comerciales contrarios al interés nacional.Nada nuevo, salvo la desespe ración por obtener el reconocimiento...

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