La pequeña editorial tiene mucha flexibilidad para sobrevivir

Hace más de cuatro décadas, en Madrid, abrió las puertas la librería Turner, germen de la editorial que, con ese mismo nombre, ha construido un valioso catálogo que incluye poesía, ensayo, historia, música, arte, fotografía, arquitectura, ficción, libros de viaje y de encargo. Desde su creación han editado más de 1200 títulos y declaran que su misión es fomentar el vicio por el libro como objeto y la lectura como hábito.Al ver la trayectoria de Tur ner, los volúmenes editados y su presencia en Latinoamérica una pregunta obvia salta: ¿cómo sobrevive un sello independiente tantos años en medio de la vorágine de las corporaciones, las crisis económicas, los cambios de mercado y el etcétera que rodea al mundo editorial? Santiago Fernández de Caleya, director editorial de Turner, cree que es una cuestión de evolución y capacidad de maniobra, cualidades que los grandes grupos no tienen por su misma estructura y forma de funcionamiento.Creo que la política de los grandes grupos de compra de sellos pequeños y de editoriales independientes es algo que ocurre en todas las industrias creativas. Pasa en el cine, pasa en la música, pasa en aquellos elementos donde de alguna forma no es un proceso meramente industrial, hay un elemento intelectual, creativo, de selección que es absolutamente caprichoso. Con esa política lo que hacen los grandes grupos es surtirse de nuevo talento, abrir nuevas vetas de posibles negocios.Las grandes editoriales tienen presiones muchas veces mayores que los pequeños; los pequeños nos podemos manejar mucho mejor. Primero porque tenemos capacidad para reaccionar, encoger tamaño, reducir nuestros sueldos. Los grandes grupos son mastodontes que tardan mucho más en reaccionar y además tardan mucho más tiempo en ver qué es lo que está pasando. Normalmente hay una distancia muy grande entre el terreno o el mundo editorial de una pequeña a una grande.Creo que los sellos pequeños, que ahora están muy de moda y especialmente en Latinoamérica, se están haciendo con unos talentos maravillosos. El mundo editorial tiene la enor me ventaja de que evoluciona mucho con la sociedad y, por lo tanto, surgen nuevas oportunidades permanentemente. Sí es verdad que es una industria muy madura, muy complicada, con un grado de incertidumbre y de riesgo bastante elevado, es decir, es hacer apuestas, ¿esto funcionará o no funcionará?, pero creo que sí hay mucho espacio de maniobra.--¿El asunto de la edición digital no producirá un fetiche por el libro...

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