El periodismo en tiempos de crisis

El periodismo, por definición, es contestatario.Por esta cruda razón, todos los gobiernos del mundo, democráticos o todo lo contrario, sufren una incurable alergia anti-prensa-independiente. Quizá también por eso, porque jamás he soportado la actitud complaciente, resignada o de simple conveniencia de muchos ante lo que suceda a su alrededor, siempre he sentido una pasión arrolladora por este oficio de querer decir la verdad a toda costa.Esta reflexión es resultado de lo que ocurre en Globovisión. A pesar de la llamada revolución socialista, el ordenamiento jurídico de Venezuela sigue siendo capitalista y Guillermo Zuluoga tenía derecho de venderle la planta a quien le viniera en ganas. Otra cosa muy distinta es analizar su decisión desde un punto de vista ético. Vaya, que si bien él y los compradores de Globovisión podían y pueden hacer con ella lo que quieran, existe el problema de que la compra-venta de algo como Globovisión representa mucho más que una simple transacción comercial.En otras palabras: el objeto de la controvertida negociación nada tuvo que ver, pongamos por caso, con la venta de una fábrica de lámparas o de productos de limpieza. Se trata de un medio de comunicación que, como tal, ejerce influencia en la opinión pública.Y porque para nadie es un secreto que desde hace años el régimen se ha propuesto controlar los contenidos informativos e imponer su hegemonía en el universo comunicacional. Obsesión totalitaria por silenciar la disidencia política, en el marco de la cual la compra de Globovisión es un caso idéntico al de RCTV, aunque por medios que, desde Miraflores, se ha pretendido que sean menos obvios y estridentes.En un principio, los nuevos pro pietarios trataron de hacer su labor de limpieza ideológica con cierta asepsia y discreción. Todos recordamos el razonamiento edulcorado de Leopoldo Castillo para justificar la sustitución de lo que él calificó de postura resistente de la planta hasta ese día, por una visión equilibrada del acontecer nacional, la nueva política de la nueva Globovisión. Nada dijo entonces, ni después, de las acciones emprendidas contra Nitu Pérez Osuna y otros perio distas de la planta en aras de ese supuesto equilibrio. Una acción, sin embargo, que resultó del todo insuficiente para calmar a Nicolás Maduro, quien hace pocos días acusó a los nuevos propietarios de la planta de seguir siendo golpistas.Este regaño presidencial bastó.El viernes 16 de...

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