Perú elige presidente de alto riesgo

En el pasillo de desembarque del aeropuerto de Lima un inmenso mural de Google da la bienvenida a los viajeros. La imagen es un reflejo de la transformación económica que ha experimentado este país andino durante las últimas dos décadas y cuyos resultados han llevado a los visitantes extranjeros, como lo hizo a fines de 2010 el príncipe de España Felipe de Borbón, a hablar del milagro peruano. La modernización tiene po co que ver con santos y, más bien, responde a la implantación durante dos décadas de un modelo económico basado en políticas fiscales estables, la búsqueda de acuerdos comerciales que favorezcan las exportaciones y la apertura a la inversión extranjera. La continuidad del esquema de desarrollo se someterá hoy a juicio, cuando casi 20 millones de peruanos acudirán a la segunda vuelta electoral para escoger al nuevo presidente entre Keiko Fujimori y Ollanta Humala, dos opciones con muchas sombras: ella, hija del ex mandatario Alberto Fujimori, condenado a prisión por violaciones a los derechos humanos y corrupción, y él, un ex comandante militar cuestionado entre otras asuntos por haber apoyado en 2005 un alzamiento contra el ex presidente Alejandro Toledo. Cualquiera de los dos impli ca un riesgo muy grande. Perú va a elegir un presidente de alto riesgo. De las cinco opciones que había en la primera vuelta, quedaron las que ocupaban los extremos políticos, ideológicos y sociales. Eso ha hecho que haya mucha confrontación en la segunda vuelta. El destino del Perú se está jugando entre dos modelos muy diferentes, afirma el analista político Luis Benavente. Keiko representa, para Be navente, la continuidad del esquema de impulso del mercado y de libertad económica, pero implica muchos riesgos para la libertad política porque el fujimorismo no fue res petuoso de la Constitución ni de los derechos humanos, y es recordado como uno de los gobiernos más corruptos de la historia del país. En cuanto a Humala, refiere que su propuesta de reforma constitucional hace temer que el objetivo fundamental sea la reelección indefinida como Hugo Chávez y Evo Morales. Se teme un régimen militarista, autoritario, con restricciones a las libertades políticas y de información, y mucho estatismo en lo económico. Eso ocurrió con el Gobierno militar de 1968Â 980 y fue un fracaso absoluto. Un país dividido. En la Plaza Dos de Mayo, lugar de concentración tradicional de la izquierda en el centro de Lima, donde está la sede de la Confederación General de...

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