Piedad Bonnett: La literatura me sirve para digerir la vida

Lo primero que notará el lector cuando recorra las páginas del libro más reciente de Piedad Bonnett, Lo que no tiene nombre , es la honestidad con la cual aborda el suicidio del hijo. Daniel, diagnosticado con un trastorno mental que le levantaba una cuarta pared frente a quienes le rodeaban, se lanzó una tarde de 2011 del techo del edificio donde vivía, en el Upper East Side de Nueva York, mientras cursaba una maestría en Arte en la Universidad de Columbia.Con la escena de la familia que llega a recoger las cosas que Daniel ha dejado en su apartamento tras su muerte comienza la obra testimonial de 131 páginas con la que Bonnett, poeta, narradora y dramaturga nacida en Antioquia en 1951, reconstruye la enfermedad, las circunstancias que rodearon el suicidio y su duelo. ¿Cómo puede una madre afrontar el dolor tan profundo que es la pérdida de su hijo?, ¿cómo puede hacerlo, además, si fue por iniciativa de él mismo? La respuesta de Bonnett fue la de una intelectual: escribir.Dos meses apenas habían pasado desde la tragedia y ella sintió la necesidad de ponerla sobre papel porque era una manera de sanarse, pero también porque tenía ingredientes dramáticos tremendos. Su decisión coincidió con que en esa época un amigo le recomendó la lectura del libro de la estadounidense Joan Didion, El año del pensamiento mági co 2007, en el que describe el ataque al corazón y la muerte de su esposo, John Gregory Dunne, y el año siguiente, en el que tuvo que acostumbrarse a no verlo más.La literatura me sirve pa ra digerir la vida y la escritura para volver a digerirla, como si fuera una vaca de dos estómagos. Sobre el papel transmuto en palabras las cosas que lle vo por dentro, a veces de unas formas más veladas que otras, indica la autora que revisó una bibliografía exhaustiva sobre la muerte y las enfermedades mentales, en los géneros de ensayo, narrativa y prosa. Sus investigaciones y su dolor transformado en imágenes e ideas le sirvieron para entender mejor no sólo el destino de su hijo, sino su propia visión de la vida, como revés de la muerte. El diseño de la mente de Daniel ..., y por consiguiente su muerte, son el resultado del cambio de una letra en su código genético. Lo atroz y también lo maravilloso de nuestras vidas es que están parapeteadas sobre lo aleatorio, lo gratuito, lo caprichoso, escribe en el libro.Como Bonnett...

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